domingo, 23 de noviembre de 2008

El desconocido mundo de la UCI

Desde que en la madrugada del 13 de enero pasado empezó mi nueva vida me han pasado muchas cosas. La primera y más importante es que luché contra la muerte y la vencí (se nota que he visto mucho cine), mientras yo luchaba, sufrí dolor, sufrí miedo, pasé de mano en mano, de médico en médico, de enfermero en enfermera, me pincharon, me metieron tubos por la garganta, me metieron en máquinas que se chivaron de que era muy grave lo que me estaba pasando, vi caras de circunstancias alrededor, pase miedo, mucho miedo, puedo decir que tuve momentos de pánico, me engancharon a máquinas que pitaban cosntantemente, me metieron un balón de S. (no se cómo se escribe el apellido del señor que lo inventó) en el cuerpo, me abrieron el abdomen, me operaron durante casi seis horas, me desperté en una UCI donde pasé diez días sin moverme de una cama, diez días que se me hicieron muy largos, diez días en los que lloré todo lo que quise, no entendía nada, me parecía mentira el hecho de estar allí, poco a poco me iban contando lo que me había pasado, lo que harían conmigo a partir de entonces, todos lloraron cuando entraron a verme por primera vez, y yo lloro ahora sólo por acordarme, pero después todos sonreían mucho durante las visitas, todos me decían lo bien que iba a estar cuando todo eso pasara, habían dado con la causa de mi cansancio, de mis dolores, de mi malestar, o más bien la causa había dado conmigo, había dado y bien fuerte.
Todo el personal de la UCI se portó fenomenal conmigo, me animaban cuando lloraba por mis hijos, me calmaban cuando me asustaba, porque siempre estaba asustada, pitaba una máquina y me asustaba, oía pasos que corrían por el pasillo y me asustaba, llegaba un médico a verme y lloraba. Y es que yo tengo miedo, no soy valiente, siempre sentí terror por si un día me pasaba lo que me estaba pasando. Me decían que tenía muy buen aspecto, mentira cochina, cómo iba a tener buen aspecto después de lo que había pasado, una enfermera me llegó a hacer una foto y me la enseño diciéndome todo entusiasmada, lo ves ? Estás muy bien. Bueno, pues si os empeñais, pues estoy muy bien, vamonos de fiesta que igual pillo.
Ahora entiendo a esa gente que sale del hospital después de una temporada y escribe una carta al director del periódico local agradeciendo la atención al personal del hospital donde tan bien le trataron. No es que te traten bien ni mal, ellos en realidad hacen su trabajo, algunos con mejor ánimo que otros, pero en general todos con mucha profesionalidad, y allí estás tú, dolorida, desvalida, informada pero con la sensación de que te ocultan algo, perdiendo todo tipo de pudor cada vez que llegan dos auxiliares cachas como ellos solos y empiezan a lavarte y a moverte como si fueras un muñeco, y tú allí, pues muy bien, casí preferiría que se encargara de esto una enfermera, y al final ya todo te da igual, el único objetivo que tienes es que te lleven a una habitación en planta, donde esperas que las horas no sean tan eternas como allí, donde te puedan acompañar a todas las horas, donde por fin podré ver a mis hijos, y entonces un día te empiezan a sacar tubos del cuerpo (que daño!), te dan un yogurt al que sobrevives, viene un celador a buscarte y te lleva a una habitación soleada donde todos te esperan con su mejor sonrisa. Que bien ya estás aquí ! Y entonces acabó mi etapa UCI y empieza mi etapa "en planta".

PS : Y no puedo salir de la UCI sin dar las gracias a mi nueva amiga Maria Eugenia (médico intensivista) que desde entonces nos hemos convertido en inseparables, y nos vamos de compras y de comidas, y hablamos casi a diario. No tengo palabras para agradecerle todo lo que me ayudo antes y después. Es mi guía en el tortuoso mundo de los hospitales. Thank you very very much !!!

No hay comentarios: