miércoles, 31 de diciembre de 2008

Deliciosamarta


Y hoy acaba este año 2008 que empezó tan peligrosamente y del no no voy a hacer balance (los balances para los contables). Ahora que me paro a pensar, no sé si éste ha sido mi mejor o mi peor año, depende de cómo se mire. Empezó con un "casi me muero", y eso es horrible, y acaba con un "aquí sigo...", y eso es maravilloso !!!. Así que, una vez más, no sé que decir.

Me conformo con que 2009 no sea un año peor y con seguir disfrutando del cariño de los que me rodean.
De momento, yo me quiero a mí misma, y mucho. Firmado : Deliciosa Marta !
Feliz Año a todos

viernes, 19 de diciembre de 2008

Los pantalones cortos de Bruno


Parece que el frío se va pasando, ha salido el sol y las temperaturas suben. Ahora ya no seré más una "mala madre" que lleva a su hijo al cole con pantalones cortos. Que pasa ! Sí ! Temperaturas bajo cero y Bruno con pantalones cortos. Las otras madres me pueden decir misa, pero mi hijo, que es mío, lleva pantalones cortos porque sí. Yo siempre les digo lo mismo, con que lleven unas buenas botas y un buen gorro con orejeras como el de Holden Caufield, ya está, los niños no pasan frío por las piernas ... es mi teoría, equivocada o no, es mi teoría, y Bruno, es mío, y nunca me ha pedido que le ponga unos pantalones largos, así que ... a freir puñetas todo el mundo. Ay Marta, pobre Bruno, se va a morir de frío, jejeje, .... no os preocupéis, que eso no va a pasar, el día que lo vea tiritando y en punto de congelación le mandaré al colegio con el traje de neopreno si hace falta. Mientras tanto y mientras no tenga bigote, Bruno irá al cole con pantalones cortos. Por cierto creo que es el único niño de todo el colegio que este mes no ha llevado pantalones largos, ese es mi chicarrón del norte !!!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cerrado por Navidad


Cerrado por Navidad. La Navidad no es mi época favorita y no me inspira nada. Durante la Navidad me dedicaré en exclusiva a intentar que mis hijos sean todavía más felices de lo que ya son !!!!! Son sus días y yo estoy a su completa disposición. Escribir ... eso es otra historia.

Feliz Navidad a todos !!!!

lunes, 15 de diciembre de 2008

Risas y sonrisas

También me he enamorado de las rayas que te salen al lado de los ojos cuando te ríes y cuando sonríes, me gusta que te rías con los ojos ...

domingo, 14 de diciembre de 2008

Me enamoré de Eli


Después de tres días consecutivos de conciertos, después de unas 20 cervezas sin alcohol (cosa que tiene su mérito), después de unas cuantas horas de falta de sueño acumuladas, después de una mañana de domingo en la FNAC de Callao y una tarde de domingo de centros comerciales para las inevitables compras navideñas, son las dos de la madrugada del lunes 15 de diciembre y después de tragarme mi dosis de pastillas, después de media hora de lectura, después de escuchar dos discos seguidos y dar mil vueltas en la cama, acabo de decidir que soy incapaz de dormir. Y no me lo explico, porque tengo un cansancio impresionante. Así que lo que pueda escribir en este estado, creo que casi mejor que no cuenta.

Estoy triste, y no sé el porqué. Y me joroba profundamente no saber el porqué de las cosas que me pasan. Estos días estaba muy contenta porque para mí, haber conseguido pasar un fin de semana concierto tras concierto, en la situación en la que me encuentro, es todo un logro. Era un reto, no pensé que iba a aguantar, y no sólo lo aguanté, sino que hoy además me he ido con Pancho a la Fnac a comprar discos, libros y demás, y después a comer, y después a tomar café, y lo hemos pasado fenomenal, y no hemos parado de hablar y de bromear, y ... me gusta estar con Pancho, me hace sentir alegre, siempre consigue hacerme sonreir, y eso a veces tiene su mérito.

Sin embargo creo que he pasado de la euforia del largo fin de semana haciendo cosas que me gustan mucho, con gente que me gusta mucho, a la tristeza que viene después de haber conseguido algo que quería con tantas ganas, no sé, como los niños que piden y piden un juguete y cuando lo tienen, lo usan un rato y se olvidan de él, pues lo mismo pero aderezado con la tristeza del después que da la madurez, esa que los niños afortunadamente tardarán tiempo en tener ... (ya dije que lo que podía escribir ahora ...)

Y me jode no poder explicarme mejor, porque estoy segura de que si me pongo lo consigo, claro que lo consigo, pero no lo voy a hacer, y como a nadie le interesa un pimiento mi maldito blog, pues da igual, y al que le interese, ya interpretará mis palabras como quiera, que cada uno es muy libre de interpretar mis palabras como le de la gana.


Por cierto me he enamorado de Eli Paperboy Reed, es que yo soy muy enamoradiza, pero creo que si Eli o Eef Barzelay me dicen algún día ven, prometo que lo dejo todo y me voy.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Un día en Madrid





Hoy he llevado a cabo un pequeño acto de reconciliación con Madrid. Aprovechando que mi hermano ha venido a pasar unos días he abandonado mi apetecible edredón, mi apetecible capuchino con libro + ipod + TV series, mi apetecible sofá, mi acogedora casa en las afueras y hemos pasado un día de "nos vamos al centro". Una vez descartado el plan cultural (mejor lo dejamos para otra ocasión), animados por el sol que por fin ha salido de una vez, y abrigados contra el frío este que no se acaba nunca, hemos empezado por un desayuno VIPS, todo un clásico, paseo por ningún sitio en concreto, cañas en Chueca, vistazo rápido a las tiendas de Fuencarral, comida buena y barata en un restaurante muy moderno y agradable, cine sesión de las cinco, café y vuelta a casa. Esto es lo que me gusta de Madrid, esto es lo que no se puede hacer en Madrid normalmente, estas pequeñas cosas son las que me reconcilian con Madrid.



martes, 9 de diciembre de 2008

domingo, 7 de diciembre de 2008

Una estrella en el cielo

Mis hijos me dicen que soy una estrella que brilla en el cielo y que cuando ellos se portan mal, la estrella, es decir, yo Marta, me caigo al suelo.
Mis hijos me dicen que ellos prefieren que sea una estrella que brille en el cielo, porque les da pena que sea una estrella caída en el suelo, pero que a veces no se dan cuenta de que se portan mal.
Hoy Bruno le ha dicho a mi madre que me he caído tres veces al suelo y que por eso estaba triste, pero que a partir de ahora se iba a portar fenomenal.

Yo les he dicho que hagan un esfuerzo por portarse bien porque caer desde el cielo al suelo es muy fácil, pero volver a subir al cielo desde el suelo, no lo es tanto.
Hoy he llorado ... puede que llorara porque me dolía la cabeza y me sentía un poco niña, y los niños lloran cuando les duele algo, o puede que llorara porque mis hijos me llaman estrella en el cielo, y me parece muy bonito ser una estrella, y mis hijos me producen mucha ternura, y quería llorar, y por eso lloré.

jueves, 4 de diciembre de 2008

No pensar

Ya volví. Ya no estoy muy triste, sólo estoy un poco triste. Y lo peor de todo es que no sé el porqué. O lo sé y me creo que no lo sé. No lo sé. En cualquier caso además de sólo un poco triste, me encuentro vacía de palabras. No sé qué decir. No sé de qué hablar. Que sensación más extraña. Así que voy a dejar de pensar por un tiempo. Ya no sé pensar. Sólo sé vivir. No me lo creo, es imposible que no sepa pensar, creo que lo que me pasa es que no quiero pensar. Estoy cansada, así que voy a vivir una temporada sin pensar. Vivir, sentir, disfrutar, descansar, imaginar, fantasear, soñar, no pensar, dormir, reir, sonreir, no pensar, meditar, respirar, respirar hondo, no pensar ... Que piense otro, yo no quiero pensar.

martes, 2 de diciembre de 2008

Cerrado por tristeza

El blog está cerrado por tristeza. No tiene prevista su reapertura hasta que P. vuelva a ser el mismo P. de hace una semana. Disculpen las molestias.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Frío por dentro

Hoy me encuentro mejor. Ayer me encontraba mal. Mi cuerpo estaba rebelde, y reviví sensaciones desagradables que no me gustaron nada, que me recordaron demasiado a los malos momentos del pasado enero. Y me entró miedo, mucho miedo. Y me metí en la cama y me tapé con el edredón hasta la cabeza y seguía teniendo mucho miedo, y el miedo me paraliza y me produce una sensación de frío espantosa, porque es frío por dentro, de ese que no se quita tapándote con un edredón ni bebiendo un té ardiendo. Y mi cabeza estaba muy oscura, como el día, y lo único que tenía claro era una cosa : no iba a ir al hospital a no ser que fuese estrictamente necesario. He decidido que muy mal tengo que estar para irme al hospital dejando a mis hijos en casa, me niego. Cuando tenga que volver otro día a urgencias que sea un día de cole, por favor ! Lo malo es que las urgencias son eso, urgencias.

No estaba bien, pero poco a poco y gracias a las personas que me quieren fui entrando en calor por dentro, y el miedo se fue poco a poco, aunque siempre deja a alguien de guardia, y hasta me reí, y no estaba bien, pero parecía que no iba a estar mucho peor, así que en esas ocasiones lo que toca es aguantar el tirón e intentar hacer como si no pasara nada. A las preguntas de ¿estás mejor? empecé a contestar que sí, mucho mejor, se me pasa. Y a base de sonreir para mis hijos me empecé a sentir mejor de verdad.

Ayer escribimos las cartas a los Reyes Magos de Oriente, no hay cosa más tierna que un niño escribiendo la carta a los Reyes. Y por la tarde mientras yo estaba en la cama, y por si colaba, Catalina decidió escribir una carta a Papa Noel, me pareció tan tierna que la voy a escribir aquí para que nunca se me olvide : "Querido Papa Noel, soy Catalina, creo que no me conoces porque nunca te he escrito, pero quería a ver si me puedes traer un regalo, el que tu quieras. Yo vivo en Madrid, pero boy (hey) a estar en Polanco, espero que encuentres la casa, la dirección es .......... y si puedes traer algo a mi hermano. Un saludo. Catalina"
Llamó a mi madre por teléfono para preguntarle la dirección, y lo de un saludo le parece muy adecuado. Ahora está nerviosa porque le ha dado por pensar que quizá el cartero que recoja sus cartas sea un cartero malvado que no se las entrega a los Reyes, y yo le he dicho que no se preocupe que los carteros son buena gente, pero esta tarde vamos a escribir entre las dos un relato de un cartero malvado que no entregaba las cartas a los reyes, me ha parecido una idea estupenda.
Bruno por su parte subió a preguntarme si se había portado bien, pues claro hijo, y a abrazarme como nadie abraza en este mundo.
Hoy me encuentro mejor. Gracias a todos. A tí también.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Me gustan los Starbucks


Hoy voy a escribir sobre un tema de nula trascendencia, porque estoy un poco cansada de tanto hospital, tanto bajón, tanto yo que sé, así que hoy voy a contar por qué me gustan los Starbucks !

Ya se que no queda muy bien decir que te gustan los Starbucks, pero a mí ... me molan porque el café está buenísimo, los frapuchinos me flipan, porque yo tardo horas y horas en tomarme un café, así que me encanta llevármelo conmigo a todas partes en esos vasos taaaan grandes, y si quiero tomarlo allí porque tengo tiempo, lo hago con toda tranquilidad en un supercómodo sillón con vistas a la calle, que te permite cotillear un buen rato, o leer, o enchufar tu ordenador a internet, o simplemente estar y escuchar una música, que casi siempre es agradable, y es muy "Friends" and I love "Friends".

Me gusta porque los sandwiches están muy ricos y no te digo nada las tartas y brownies, hmmmm, especialmente la de chocolate con naranja ! Los zumos son superbuenos, aunque todo es supercaro, pero ... qué no es caro hoy ? Me gusta que tengan leche de soja, porque yo bebo leche de soja.

Y especialmente me gusta la amabilidad con que te tratan los camareros, sí ya se que es política de empresa yankee y tal, pero a mi me gusta que me sonrían, que sean amables, y que me digan que pase un buen día (aunque lo que les apetezca sea mandarte a freir esparragos). Estoy harta de las caras largas y el desprecio de muchos camareros y dependientes de Madrid.

Y además hay Starbucks en cada esquina !!!!

Y por todo eso, a mí, me gustan los Starbucks. Aunque me sigue encantando el quedar con los buenos amigos en el Café Comercial de la glorieta de Bilbao.


PS. Pancho, quedamos a tomar un café ? Tú eliges sitio.

lunes, 24 de noviembre de 2008

... Y ahora qué ?

Desde hace más o menos un año mi vida ha ido por etapas, primero pasé por la etapa de qué mal me encuentro, no sé lo que me pasa y no puedo ni con el bolso, después pasé por la etapa de casi la palmo, me faltó nada pero sobreviví (y es que en el fondo aunque yo no lo quiera creer, soy fuerte, me lo han repetido tantas veces, que al final lo he aceptado : soy fuerte), luego pasé por la etapa de la UCI, en la que viví unos días muerta de miedo pero sedada y practicamente sin dolor, luego pasé por la fase de habitación de hospital con miles de enfermeras entrando y saliendo, con médicos entrando y saliendo, con mi familia entrando y saliendo, con Pepe atendiendo las visitas que yo no podía o quería atender, con el teléfono sonando cada dos por tres, con el inicio de la larga lista de pruebas que me tuvieron que hacer, sube y baja todo el día en esos malditos ascensores para camas que parecían un iglú, ahora una prueba, ahora otra, con la comida que pretendían que comiese cuando casi no podía beber ni agua, juro que nunca más volveré a probar una gelatina de fresa ni de ningún otro sabor aghhhhhhhh, nunca lo hubiera pensado pero en la habitación eché de menos la UCI, allí levantaba una mano y me pinchaban analgésico al instante, en la habitación las enfermeras se hacian desear y cuando entraban con el calmante yo ya había pasado algunos largos ratos de dolor en los que me retorcía literalmente en la cama, un médico que me atendió en uno de esos ataques me reconoció que no se podía explicar como podía realizar semejantes contorsiones con el pedazo de cicatriz que tenía en mitad del abdomen, ni yo misma lo sé, sólo sé que me dolía mucho, mucho, mucho el estómago o lo que fuera que me doliese.
Y así fue pasando el tiempo, y un día los médicos decidieron que iba a estar mejor en mi casa que allí, porque en casa comería mejor (jejeje ingenuos) y estaba bastante fuerte y recuperada (ya pesaba como 43 kilos, toma ya), y tenía muy buen aspecto (y dale con el buen aspecto), así que me fuí a casa, y allí empezó otra nueva etapa : la peor de todas, en mi casa estaban mis cosas y mis hijos, pero no estaban las enfermeras que me pinchaban en vena analgésicos a cualquier hora del día o de la noche, en mi casa yo tomaba una mierda de analgésicos que no me quitaban el dolor, en mi casa se suponía que debía comer y yo no podía comer, en mi casa no estaba mi madre, en mi casa me ponía nerviosa cuando oía a los niños y yo no me podía levantar para estar con ellos, en mi casa tuve unos dolores de cabeza bestiales, en mi casa estuve mal, muy mal. Y mientras estaba en casa, cada dos por tres tenía que ir al hospital para que me siguieran haciendo pruebas, porque los médicos no se iban a dar por vencidos hasta que encontraran el origen de la supertrombosis portal -mesentérica que me había provocado las varices esofágicas que me habian causado la bestial hemorragia digestiva por la cual casí me desangro en dos minutos, un cuadro tan importante no podía ser fruto de la casualidad y ellos iban a averiguar la causa, y para ello me tuvieron que hacer mil pruebas, algunas indoloras y otras muy dolorosas y no voy a entrar en detalles porque todavía se me ponen los pelos de punta cuando pienso en la biopsia de médula, ayyyy, pero gracias a la biopsia de médula descubrieron el origen de mi enfermedad y me empezaron a tratar, y dejaron de buscar, y desde entonces me encuentro un poco mejor, los dolores de cabeza casi desaparecieron, y ahora las pruebas son pruebas de control.
Y mientras tanto llegó el verano, la mejor etapa de todas, y me fui a Menorca, y disfruté del sol y del mar y de la bici y de mis hijos y de todo, y aunque pasé unos días un poco pachucha y ni allí me libré de las pruebas en el hospital, todo fue genial, Menorca siempre había sido mi paraíso, pero este año lo fue más, nunca he disfrutado tanto de un baño en el mar como ahora, y luego me fuí a Santander y allí estuve también fenomenal, y pasó el verano, y llegó el otoño ..., y ahora que ya estoy mejor, que tengo un tratamiento, que no tengo grandes dolores, que lo único que tengo es cansancio (y después de lo que he pasado estar cansada me parece de risa), ahora que se fue el sol, ahora que dejé de concentrarme en los analgésicos, ahora ... no sé en que punto estoy.

Ahora miro para atrás y no me explico cómo he llegado hasta aquí, ahora miro al futuro y no sé que va a ser de mí, y me encuentro rara, a veces triste, a veces contenta, a veces serena y a veces inquieta. Ahora tengo una especie de fuerza interior que no sé cómo utilizar, y a veces siento como si me desbordara ... creo que ha llegado el momento de ver qué hago con todo esto, y no sé por dónde empezar !

domingo, 23 de noviembre de 2008

El desconocido mundo de la UCI

Desde que en la madrugada del 13 de enero pasado empezó mi nueva vida me han pasado muchas cosas. La primera y más importante es que luché contra la muerte y la vencí (se nota que he visto mucho cine), mientras yo luchaba, sufrí dolor, sufrí miedo, pasé de mano en mano, de médico en médico, de enfermero en enfermera, me pincharon, me metieron tubos por la garganta, me metieron en máquinas que se chivaron de que era muy grave lo que me estaba pasando, vi caras de circunstancias alrededor, pase miedo, mucho miedo, puedo decir que tuve momentos de pánico, me engancharon a máquinas que pitaban cosntantemente, me metieron un balón de S. (no se cómo se escribe el apellido del señor que lo inventó) en el cuerpo, me abrieron el abdomen, me operaron durante casi seis horas, me desperté en una UCI donde pasé diez días sin moverme de una cama, diez días que se me hicieron muy largos, diez días en los que lloré todo lo que quise, no entendía nada, me parecía mentira el hecho de estar allí, poco a poco me iban contando lo que me había pasado, lo que harían conmigo a partir de entonces, todos lloraron cuando entraron a verme por primera vez, y yo lloro ahora sólo por acordarme, pero después todos sonreían mucho durante las visitas, todos me decían lo bien que iba a estar cuando todo eso pasara, habían dado con la causa de mi cansancio, de mis dolores, de mi malestar, o más bien la causa había dado conmigo, había dado y bien fuerte.
Todo el personal de la UCI se portó fenomenal conmigo, me animaban cuando lloraba por mis hijos, me calmaban cuando me asustaba, porque siempre estaba asustada, pitaba una máquina y me asustaba, oía pasos que corrían por el pasillo y me asustaba, llegaba un médico a verme y lloraba. Y es que yo tengo miedo, no soy valiente, siempre sentí terror por si un día me pasaba lo que me estaba pasando. Me decían que tenía muy buen aspecto, mentira cochina, cómo iba a tener buen aspecto después de lo que había pasado, una enfermera me llegó a hacer una foto y me la enseño diciéndome todo entusiasmada, lo ves ? Estás muy bien. Bueno, pues si os empeñais, pues estoy muy bien, vamonos de fiesta que igual pillo.
Ahora entiendo a esa gente que sale del hospital después de una temporada y escribe una carta al director del periódico local agradeciendo la atención al personal del hospital donde tan bien le trataron. No es que te traten bien ni mal, ellos en realidad hacen su trabajo, algunos con mejor ánimo que otros, pero en general todos con mucha profesionalidad, y allí estás tú, dolorida, desvalida, informada pero con la sensación de que te ocultan algo, perdiendo todo tipo de pudor cada vez que llegan dos auxiliares cachas como ellos solos y empiezan a lavarte y a moverte como si fueras un muñeco, y tú allí, pues muy bien, casí preferiría que se encargara de esto una enfermera, y al final ya todo te da igual, el único objetivo que tienes es que te lleven a una habitación en planta, donde esperas que las horas no sean tan eternas como allí, donde te puedan acompañar a todas las horas, donde por fin podré ver a mis hijos, y entonces un día te empiezan a sacar tubos del cuerpo (que daño!), te dan un yogurt al que sobrevives, viene un celador a buscarte y te lleva a una habitación soleada donde todos te esperan con su mejor sonrisa. Que bien ya estás aquí ! Y entonces acabó mi etapa UCI y empieza mi etapa "en planta".

PS : Y no puedo salir de la UCI sin dar las gracias a mi nueva amiga Maria Eugenia (médico intensivista) que desde entonces nos hemos convertido en inseparables, y nos vamos de compras y de comidas, y hablamos casi a diario. No tengo palabras para agradecerle todo lo que me ayudo antes y después. Es mi guía en el tortuoso mundo de los hospitales. Thank you very very much !!!

Ivan Triay


Este es el cuadro que le regalé a Pepe por su cumpleaños, es de Ivan Triay, mi último descubrimiento, jeje, ¿Bonito o no?

Mi amigo Juan

Este es un pequeño, pequeño homenaje a una persona grande que ha llegado a mi vida volando. Desde que entré en el hospital hace unos cuantos meses y me pasó todo lo que me pasó he perdido y he ganado, he perdido cosas y algunas personas, gente que cuando las cosas se tuercen no están ahí, los motivos no los sé, ni los quiero saber ni los quiero entender, me da igual, o no, pero es como si me diera igual. Pero he ganado más de lo que he perdido, he ganado muchas cosas y algunas personas. Y estas líneas son para mi nuevo amigo Juan, una persona que ha luchado duro en su vida para llegar hasta donde está, una persona que da todo lo que tiene, una persona que sabe lo dura que es la vida y lo difícil que es muchas veces ir por el camino correcto. Y porque me alegra haber conocido una persona así quiero que sepa que siempre podrá contar conmigo para lo que sea pasando por encima de dificultades y miedos. Un abrazo muy fuerte Juan, son pocas las palabras que necesito para decirte lo feliz que me hace ser tu amiga. Que te vaya muy bien en la vida.

Maldita costilla !

Tengo una costilla fisurada o rota o yo qué sé ... y me duele muchísimo, pero no pienso tomar ni un maldito analgésico más, lo que he decidido es coger una postura donde no me duela mucho y ahí me quedo. ¿Que cómo he llegado a lesionarme una costilla? Misterio sin resolver. A todo el mundo le digo que Bruno me dió un abrazo muy, muy fuerte porque me quiere mucho, mucho, quiero creer que me lesioné por un abrazo de mi hijo, pero todos me dicen que es imposible que Bruno tenga la fuerza suficiente como para provocarme una fisura en una costilla. Que más da. El caso es que estoy un poco fastidiada.
Hoy tenía que ir al hospital para hacerme una radiografía para ver si se trata de una costilla o de algo diferente como un derrame pleural o yo qué sé, porque en realidad lo de la costilla me lo he diagnosticado yo solita, pero no voy a ir, no me siento con fuerzas para ir al hospital, y creo que por primera vez en mucho tiempo voy a desobeceder a un médico. Le he llamado y le he dicho que me encuentro mejor y que ya iré en otro momento. Mentira. Como quieras, me ha dicho, si te duele menos es buena señal, no te preocupes, me ha dicho. Hoy no quiero saber nada de hospitales. No quiero rayarme, no quiero que saquen mi historial médico del ordenador, quiero que descanse allí tranquilito, no quiero añadir más datos al historial, y al fin y al cabo, no puede ser tan malo algo que ha sido causado por un superabrazo de amor.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Catalina


Hoy Catalina ha vuelto de Salamanca donde ha pasado cinco días en un curso de inglés. Ha estado feliz, ha disfrutado mucho. Pepe y yo estamos muy orgullosos de ella porque a sus ocho añitos se ha marchado de casa sin ninguna amiga de apoyo, ninguna niña de su clase ha ido a Salamanca, pero ella ha querido ir, y nosotros por supuesto le hemos animado. Dice que nos ha echado de menos pero que no tenía ganas de volver, porque se lo ha pasado muy bien. Cuando ha llegado a casa ha dicho que que gozada es tener un hermano, no sé, quizá el estar a veces separados sea bueno para aprender a valorarnos.

Lo único que nos pidió antes de irse es que por favor no nos muriéramos mientras ella estaba fuera! Ya empezamos con los miedos ... hemos cumplido, esta tarde toda la familia de tres fue a buscarla al cole.


Hoy Catalina estaba especialmente guapa, se ha pasado la tarde cantando. Tiene algo especial esta niña, es comme il faut que dirían los franceses, y siempre que no saque a pasear su genio y su fuerte caracter, es para comerla.

Pepe y yo nos mirábamos esta tarde mientras cantaba, no decíamos nada, pero los dos estábamos pensando en la suerte de tener una hija así.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Hace un año

Estoy subida en una rama de un árbol que no me parece muy segura. Desde aquí veo todo, pero no me entero de nada. No sé qué hago aquí subida. No se está mal, pero como la rama se rompa me voy a pegar un leñazo ... ¿Que cómo llegué aquí arriba?
Hace un año yo vivía deprisa, iba, venía, conducía a toda leche por Madrid, jugaba a cambiarme de carril en los atascos, me cabreaba cuando escogía el carril que al final iba más lento, me volvía a cambiar de carril, pisaba el acelerador cuando un semáforo se ponía ámbar, apuraba el tiempo, casi siempre salía tarde de casa por las mañanas para ir al trabajo y después intentaba recuperar el tiempo en la carretera, creía que adelantando a dos o tres coches llegaría dos o tres minutos antes.
Cuando volvía del trabajo y ya no iba a contrareloj, los atascos me cabreaban todavía más, porque ya no robaban tiempo a mi trabajo, robaban tiempo a mi vida, y me ponía nerviosa, a veces demasiado. Antes de llegar a casa ya soltaba una mano del volante para buscar las llaves en el bolso y así en cuanto paraba el motor salía como un resorte del coche y me dirigía a casa como si alguien me persiguiese. Entraba en casa, soltaba todos los trastos, y me dejaba caer en el sofá del modo en que mi padre, cuando era pequeña, siempre me decía que no hiciera, a plomo. Y ahora que lo pienso, todo esto lo hacía sin respirar, creo que antes yo no respiraba, en serio. El aire entraba en mis pulmones, pero yo no respiraba. A los pocos minutos de estar tirada en el sofá me daba cuenta de que no había comido y me decía a mí misma, bah, para qué, por no preparar nada, total no tengo nada de hambre, y encima me duele el estómago y además estoy tan cansada, y tengo tantas cosas que hacer, y empezaba a hacer cosas, no sé que cosas, pero siempre tenía que hacer cosas, y después llegaban los niños del cole y a esas alturas yo ya no era una persona cansada, era una persona agotada y con dolor de cabeza, y hacer la cena me costaba un triunfo, y la hora de los baños otro triunfo, y eso siempre que los niños estuvieran tranquilos, que si se peleaban o estaban muy cansados acabábamos todos gritando y gritar me cansaba más, y además me ponía mal cuerpo. Y cuando Catalina y Bruno por fin dormían, y después de preparar los uniformes, limpiar los zapatos, ver si al día siguiente tenían natación o gimnasia o tenis o yo qué sé, caía a plomo en el sofá, y mi nivel de cansancio había subido tanto que, o Pepe me daba de cenar, o cenaba otra, pero yo no. Y a esas alturas del día nos disponíamos a ver una serie o una peli que yo por supuesto no conseguía acabar y me quedaba dormida en el sofá y luego me iba cabreada a la cama, y de leer ni hablamos y de otras cosas menos. Y al día siguiente volvemos a empezar.
Y así pasaban los días, y así llegaron las navidades, y para mí fueron un horror, primero porque no me gustan absolutamente nada, me agobian y ademas siempre tengo que trabajar y hacer virguerías con los horarios para conseguir ir a Santander y a la cabalgata de Reyes, y segundo porque me encontraba mal, el cansancio se había disparado, mi estómago estaba fatal, todo lo que comía me sentaba mal, me dolía la espalda, me dolía la cabeza y cuando andaba el cuerpo me retumbaba por dentro, sí parece raro, pero era así, y mientras tanto yo trabajaba, compraba regalos, preparaba la cena de Nochevieja, jugaba con los niños, intentaba mantener la casa en orden porque no tenía chica, ya estaba tan harta de las chicas que pasaba de ellas, y nosostros hacíamos lo que podíamos y cuando podíamos y todo era un desastre ...
Y sobreviví a la Navidad, no sé cómo pero lo hice, y volvió la rutina y yo seguía cansada, y cada vez me encontraba peor, pero el médico me había dicho que tenía estrés, lo que tiene todo el mundo que vive en una gran ciudad, trabaja un montón, tiene hijos, etc, etc y yo me decía, no seré yo la única mujer de Madrid que no pueda con mi vida, pero no podía con mi vida, y un día me encontré peor, me tiré en el sofá y no me levanté ni para hacer la cena a mis hijos, ni para ver si Catalina, que se había caído por las escaleras y estaba llorando a todo pulmón, se había abierto la cabeza, le dije que se pusiera hielo ella sola y yo no pude levantarme del sofá. Esa misma madrugada a las cinco de la mañana Pepe me llevó al hospital con una hemorragia digestiva.
Pasaron quince minutos hasta que consiguió quitar el hielo del parabrisas, hacía un frío que pelaba, y yo estaba muy mal, mal pero aliviada, me iba al hospital. Pensaba que allí me darían algo y volvería como nueva para casa, donde descansaría unos días y todo habría pasado. Pero no, no fue así ... a las cinco de la mañana de aquel domingo de enero empezaba mi nueva vida.

Me gusta

Me gusta el mar
Me gusta Menorca
Me gusta leer
Me gustan las bicicletas
Me gustan mis hijos
Me gustan los masajes
Me gusta el cine
Me gustan las ensaimadas
Me gusta Nueva York
Me gusta el sol
Me gusta la nieve
Me gusta la música
Me gusta dormir
Me gusta Londres
Me gusta escribir
Me gustan las botas
Me gusta el capuccino
Me gusta el olor de los niños
Me gusta conducir
Me gusta viajar
Me gustan los Volvo antiguos
Me gusta tirarme en el sofá
Me gusta la cerveza
Me gusta la playa al atardecer
Me gusta conversar
Me gustan las chanclas
Me gusta el yoga
Me gusta jugar al scrabble
Me gustan los sandwiches de nocilla
Me gustan los tíos feos/guapos
Me gusta hacer fotos
Me gustan los bolsos
Me gusta tener muchísimas camisetas
Me gusta el surf
Me gustan los aeropuertos
Me gusta Vancouver
Me gusta la pasta
Me gustan los Starbucks
Me gustan los ríos
Me gusta Son Saura
Me gusta el tenis
Me gusta California
Me gusta llevar gorra
Me gustan los lunes

jueves, 20 de noviembre de 2008

Tristeza que pasa cerca

Esta mañana alguna fuerza extraña hacía que mi cuerpo y el colchón de mi cama no se pudieran separar, mi cerebro ordenaba la acción de levantarse y mi cuerpo no podía obedecer. Pasaban las horas y seguía sin levantarme, pasaban las horas y mi cabeza se rayaba, pasaban las horas y me iba deprimiendo poco a poco. Algunas llamadas de teléfono me hundieron más si cabe en el colchón, otras tiraban de mí ,y al final fui yo la que, pasando de mi cabeza, me levanté, me vestí, cogí el coche, me planté en pleno centro de Madrid, aparqué en la calle Barquillo, no pagué ticket de aparcamiento porque no me dió la gana y porque el parquímetro me pareció que estaba muy lejos (por cierto, no me pusieron multa), y me dírigí al restaurante donde había quedado con Pepe y Elena para comer. Llegué demasiado pronto (no sé ni cómo pude pasar de la cama al restaurante en tan poco tiempo), así que me fuí a dar un paseo por la Gran Vía mientras esperaba a que llegaran. Ya no me gusta la Gran Vía, demasiado ruido, demasiados coches, demasiada contaminación, demasiada gente con cara de cansancio, mal rollo, estrés, pena, algún que otro loco, algún que otro mendigo, bocinas sonando, la mierda de los adornos de navidad colgando ya de las farolas, ningún niño, mucho inmigrante, gente con abrigo, gente con camiseta de tirantes y, teniendo en cuenta que hoy no era mi día, todo me transmitía malas vibraciones, todo excepto una pareja de turistas japoneses que estaba sentada en un banco y sonreía mucho, me encanta esa alegría de los nipones con cámara de fotos al cuello.
Y me encontré con Pepe, y me encontré con Elena, y comimos (bien), y dimos un paseo por las tiendas de la calle Fuencarral, y atención, sí que debía sentirme mal porque no me apetecía comprar, increible pero cierto, y pase por una tienda detrás de otra y no me apetecía, pues bueno ... así es la vida, que compren otros. Y después me fuí hasta el cole a buscar a Bruno que tenía entrenamiento de baloncesto, y estuve un rato allí viendo como una paciente monitora intentaba que diez niños de seis años con diez balones siguieran sus instrucciones (tarea complicada). La tristeza se me fue disipando poco a poco, aunque el poso aún lo tengo.

Tengo un marido que no me merezco y que, desafiando a la crisis que azota a la economía mundial y con la intención de hacerme sonreir, me ha regalado hoy un bolso de una marca que no voy a decir porque no quiero hacer publicidad gratuíta, pero que mooooooola un moooooontón y, por si acaso el bolso no era suficiente, me ha comprado unas rosquillas para endulzar el estúpido día que he tenido hoy.

Y es que dentro de este espíritu libre que habita en este cuerpo que habita en esta sociedad, conviven las profundidades en las que a veces me pierdo y no me encuentro y las frivolidades que relajan mi ánimo, y juntas hacen que siga el camino.

... y se acabó

... y se acabó, después de un mes que si ahora sí, que si ahora no, se acabó. Se acabó porque así lo he decidido, se acabó porque me hacía daño, se acabó porque no podía ser, se acabó porque quise y porque no quise, el caso es que se acabó ... y me fastidia, pero no estaba en mis manos, no conducía a ninguna parte, era una estupidez, no fue ni siquiera bonito, no, parecía que sí, pero no ... estaba confundida, estaba liada, estaba atontada, soy un poco idiota. Ahora tengo que escupir y vomitar y volver a empezar. La vida a veces te pone piedras en el camino, otras veces oásis y otras veces charcos como éste, y yo, que tan lista parezco a veces, me he metido en él hasta las rodillas y sin katiuskas, cuando lo podía haber esquivado perfectamente, y ahora estoy empapada y tengo los pies helados, y no me apetece nada cambiarme, porque así puedo decir que tengo frío y no me encuentro bien. Soy así de idiota.
Quizá lo que debería hacer es darme una vuelta por el hospital y revivir sensaciones. Pero no lo voy a hacer, ahora mismo no tengo ganas de nada.

Miedo

Siempre aprendiendo, nos pasamos la vida aprendiendo, primero en el colegio, luego en la universidad, más tarde en el trabajo, aprendemos de la vida, de los golpes que nos da y las caricias que nos hace, aprendemos de nuestros padres y de nuestros hijos, de nuestros amigos y de los que no lo son tanto, aprendemos en los libros, aprendemos en el cine, aprendemos de nuestros abuelos, fuentes de sabiduría con el plus de la experiencia sobre sus encorvados hombros, aprendemos lo que queremos y lo que no, lo dejamos escapar, no aprendemos de la experiencia ajena, aprendemos de nuestra experiencia, pero la experiencia ajena nos pone sobre aviso ... Toda la vida aprendiendo y nunca dejas de aprender. Ahora resulta que yo tengo que aprender a controlar mis pensamientos atrayendo los positivos y alejando los negaivos, a vivir el momento sin pensar en el más tarde, a disfrutar de las pequeñas cosas que pasan casi imperceptibles por delante de nosotros. Resulta que toda la vida aprendiendo y no sé como manejarme en cosas que ahora parecen muy importantes ... de que me sirve saber que Srinagar es la capital de verano del conflictivo estado indio de Cachemira, si resulta que me cuesta disfrutar de un pequeño momento de bienestar, porque tengo miedo de que acabe o de que no se vuelva a repetir.
Y me pregunto yo por qué en el colegio no nos enseñan desde pequeñitos a manejar nuestras emociones, por qué entre el conjunto vacío y los phrasal verbs no nos dan alguna pista para practicar la felicidad, por qué nacemos con miedo, por qué vamos haciendo grande el miedo dentro de nosotros, por qué tengo tanto miedo ... y a ver qué hago yo a estas alturas de mi vida con todos mis miedos !

sábado, 8 de noviembre de 2008

...y volar a Nueva York y Londres de vez en cuando

Tengo sueños, y no son las pesadillas nocturnas que me acompañan desde hace unos cuantos meses y de las que estoy realmente cansada. Me aburre soñar mal. Tengo sueños que necesitan planes, tengo planes que incluyen una pequeña casa junto al mar, un gran sol en el cielo y una bici a la puerta. Sí ya sé que es poco original, todo el mundo, o casi, tiene sueños de ese tipo, pero que le vamos a hacer. Y todos los días hablamos un poquito de mi/nuestro sueño, hacemos números que no nos llevan a ningún sitio, pensamos en un nuevo negocio, en nuevas y estupendas ideas, y enseguida se nos va la cabeza demasiado lejos y tenemos que frenar en seco y volver a la realidad, y que conste que no digo a la dura realidad, porque mi realidad no es dura ni muchísimo menos, mi realidad es muy buena, tengo casi todo lo que puedo desear, menos la posibilidad de vivir en una casa junto al mar y desplazarme en bicicleta, y ya sabemos que es condición humana el desear lo que no se tiene, así que, ya digo, todos los días hago pequeños planes, y quizá algún día se cumplan, porque yo no quiero que me toque la primitiva o similar, yo quiero porder vivir en una casa junto al mar y volar a Nueva York y Londres de vez en cuando.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Pilates para el corazón

Hoy en clase de pilates mis músculos se han estirado hasta límites insospechables, creo que hoy mis piernas son mas largas, literalmente más largas. Hoy tras mi clase de pilates mis brazos casi tocan las nubes, eran laaargos, y mi supercicatriz tamaño XXL se encajaba en un abdomen duro como una tabla. Mi columna vertebral era flexible y hacía que mi espalda estuviera recta. El pilates es bueno, funciona. Es un poco aburrido pero es efectivo.
Necesito clases de pilates para el corazón. El corazón al fin y al cabo es un músculo y hace calor. Micorazónesunmúsculosanoperonecesitaaccióndamepazydameguerrayundulcecolocónyyoteenseñarélomejor. Hace calor, hace calor ...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pasan los días ... me fuí a Menorca y volví de Menorca




Pasan los días. Me fuí a Menorca y volví de Menorca. Me sentí bien en la isla, me sentó bien la isla. El simple hecho de volar sola, con mi i-pod, mi libro y mi bolso ya fue un triunfo, primero porque estoy fuerte y soy capaz de viajar sola, cuando hace dos días no podía ir sola ni a la vuelta de la esquina, y segundo viajé sólo con mi bolso y mis cosas, por primera vez en mucho tiempo no tenía que estar pendiente de perros inanimados, botellas de agua, bolsas y trastos ajenos, niños a los que les entra las ganas de hacer pis en el momento más inoportuno, no tuve que armar un peñazo de puzzle de Spanair ni pelar el impelable chupachups con el que la tripulación pretende que los niños no molesten al resto del pasaje, porque se piensan que mientras chupan no gritan ni se mueven, y eso no es verdad, doy fé de que tienen la capacidad suficiente para hacer varias cosas a la vez. Durante el vuelo escuché el disco de Love of Lesbian "Cuentos chinos para niños del Japón", ultimamente no paro de escucharlo, me gusta mucho, y a mí cuando me da, me da.




Y llegué, y respiré hondo, y sentí el aire en la cara, y ví el mar, y anocheció superpronto, y paseé, y dormí con el viento, y estaba muy cansada, el viaje me había cansado más de lo que yo creía, pero estaba en Menorca, nada más ni nada menos que con mi hermano y mis padres, la familia nuclear al completo, que no se reunía hace así desde hace mucho, mucho tiempo. Y me reí mucho mucho (mi hermano tiene la capacidad de hacerme reir a carcajadas y hasta que el estómago me duele) y eso me viene muy bien, nos reimos de nosotros cuando Rubén empezó una tarde de terraza a sacar trapos sucios de hace mucho tiempo en clave de humor, y aunque en clave de humor pero salieron, y creo que eso nos vino bien a todos.


Y nos hicimos fotos, muchas fotos, muchísimas, me encanta hacer fotos en Menorca, la luz es especial y los colores superbrillantes, nunca he visto un cielo tan azul como en Menorca.


Y fuimos a la playa, y la playa estaba preciosa, solitaria, tranquila, y disfrutamos del privilegio de poder estar allí en ese momento.


Y un día de fuerte viento norte fuimos a ver el "bufador" y lo pasamos fenomenal, y comí montones de ensaimadas, y desayuné todos los días en el Imperi, mi sitio favorito, y fuimos al cine, ese cine que en verano se enfría con un ventilador y en invierno se calienta con una estufa y encima de la pantalla hay un santo calasancio o salesiano o similar.


Y fui de compras, como no, yo voy de compras hasta en el desierto del Sahara, y compré camisetas, es que no tengo camisetas, jejeje.


Y comí la lechona en Cas Ferrer, mmmmmmm, en mi vida he comido algo tan exquisito, y sobrasada con miel ...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Me voy

Hoy que no me encuentro bien me regalo a mi misma una fotos de los buenos tiempos al sol, cuando jugabamos en la playa hasta el anochecer. Pensar en esos días me hace sentirme mejor.


Estoy nerviosa. No puedo comer. Mi estómago ha dicho que no le metan comida, y yo obedezco a mi estómago. Si no quiere que no coma, ya comerá, como los niños. Estoy nerviosa. Ahora mismo podría llenar varias bolsas de supermercado con mis nervios y mi ansiedad. Sonrío, sonrío mucho, me he dado cuenta de que es terapéutico. Ya comeré, tengo reservas, antes no las tenía, ahora sí, ya peso 50 kilos.


Estoy triste. Triste por querer y no poder. Triste por desear y no tener. Triste porque las cosas no siempre son cómo nos gustaría que fueran. Triste por no poder controlar todo lo que pasa en mi vida.
Pero en fin, estoy contenta porque a pesar de todo, he tenido algo que me ha hecho bien. Soy afortunada. Aunque sea algo pasado. Y estoy feliz porque tengo una familia que me abraza con cariño. Porque tengo unos hijos que me necesitan.


Estoy agradecida a los amigos especiales, esos que dan tanto con tan poco. Esos que, espero, siempre estarán ahí.

Estoy esperanzada, espero que todo vaya bien. Y además de esperanzada, como se puede ver, estoy rayada, muy rayada, así que voy a poner música y me voy a dormir. Mañana sera otro día.
Por cierto, me he comprado un billete y dentro de unos días me voy a Menorca. Adios.

martes, 21 de octubre de 2008

Quiero ser como Jack Johnson

Por favor ! Ayudadme, me muero. No te vas a morir, esta noche no toca, no hagas esfuerzos por vomitar, si yo no hago esfue..., y otra vez se me va un trozo de vida por la boca, dios mío, qué me está pasando, me voy a morir. Una enfermera me coge la mano, en la otra sala oigo a la doctora, que avisen a su marido, yo llamo a D., y otra vez se me va la vida en una arcada. Ven rápido, es grave. Horror, que están diciendo ! De acuerdo, vamos poniendo una sonda. Que haceis conmigo, no me podeis meter eso por la nariz y la garganta mientras vomito, chicos creo que me voy a morir, no, de eso nada, no te vas a morir, pienso en mis hijos, me estoy poniendo nerviosa, estoy llorando o no, no lo se, pido ayuda de nuevo, pero ya me están ofreciendo toda la ayuda que está en sus manos, mi vista se ha nublado, pienso en mis hijos, no puede ser que me esté pasando esto. Veo entrar a D. en el box, mientras se quita la chaqueta del traje me dice que no me preocupe por nada, que ya ha pasado todo, que estoy en sus manos, yo le miro y le veo borroso, pero me tranquiliza verlo allí. Dormidla, entubadla, todo parece ir deprisa entre ellos, pero yo les veo a cámara lenta. Mis padres están en Santander, no te preocupes, vendrán. Pienso en mis hijos y en las últimas palabras de Bruno cuando le subí un vaso de agua que me costó un triunfo : Mamá, a que los juguetes no son importantes ? No hijo, hay cosas más importantes. A que lo más importante es estar todos juntos ? Por supuesto hijo, eso es lo más importante, ahora duermeté que mamá está muy cansada. Le besé en la frente y salí de la habitación, y no me podía quitar esa imagen de la cabeza, maldito niño, por qué me dijo eso ? Piensa en algo bonito e intenta relajarte, te vamos a dormir, no te preocupes por nada, ya está.

Quiero ser como Jack Johnson en versión femenina. Quiero vivir al lado del mar, quiero surfear de día y tocar la guitarra de noche. Vivir de ... no se ya veremos. Quiero coger a mi familia, cargar mis cosas en una furgoneta morada y pirarme con ellos. Quiero, quiero ...

Cuando me desperté había pasado casí un día, abrí los ojos, vi a Pepe y a mi hermano y me puse a llorar. Y ellos también se pusieron a llorar.

Life point

Me tengo que animar a escribir. Tengo que soltar lastre. Y me cuesta. Pero lo voy a hacer, poco a poco, así quizá algún día pueda pensar en el pasado mes de enero y sonreir, así algún día pueda dormir bien sin soñar que alguien me persigue con un cuchillo, que estoy en medio de una guerra en Bosnia o que soy el objetivo de una mafia china asentada en Madrid. Quizá algún día mis sueños raros sólo consistan en estar en un restaurante chino con el capitán mosca usando calamares como lentes bifocales (mi pequeño homenaje a Sergio Algora).

Yo me digo en voz baja : soy feliz. Y se lo digo también en voz alta al que me quiera escuchar : soy feliz. Soy feliz porque tuve suerte, soy feliz porque la pelota tocó la red y al final cayó en campo contrario y conseguí un life point. Pero a veces me siento asustada y me pregunto por qué ? no Por qué a mí ? sino Por qué?

Por qué voy a tener que tomar medicamentos de por vida?, por qué no voy a poder practicar algún tipo de deportes?, por qué siempre tendré que ir de médico en médico y de prueba en prueba?, por qué tengo una cicatriz en mitad de mis estupendos abdominales?, por qué lo pasé tan mal?, por qué se lo hice pasar tan mal a los que me quieren?, por qué me tuvieron que meter un tubo por la garganta cuando vomitaba sangre a borbotones?, por qué he tenido que dejar mi trabajo (de momento), por qué estoy tan cansada?, por qué no me puedo ir mañana a Nueva York?, por qué nunca deberé viajar a un país no civilizado?, por qué y cuándo el gen Yak2 mutó ? Por qué mi anterior médico no se dio cuenta de que algo no iba bien dentro de mi cuerpo ? Por qué no me lo pudieron coger más a tiempo y así evitar todo este follón del copón ? Por qué a mis hijos se les tuvo que pasar por la cabeza que su madre igual no volvía a casa nunca ?

No me importa, no es para tanto tomar unas cuantas pastillas todos los días, tampoco yo era Bode Miller y ahora en vez de esquiar tomaré el sol en una tumbona mientras leo un libro, no es tan malo ir al hospital, hay médicos majísimos que me cuidan como si fueran mi madre, la cicatriz, fuera de broma, la adoro, es el símbolo del triunfo de la vida, esta supercuidada y la luzco con orgullo (además no es una cicatriz cualquiera es, como dice Bruno, la estrella de Mercedes), lo pasé mal, pero ya pasó, mi familia lo pasó mal pero eso nos acercó más si cabe, los tubos y los pinchazos y los tacs y demás me enseñaron a ser más fuerte, de los vómitos de sangre no saqué nada bueno, que le vamos a hacer, yo creo que de ahí me viene el susto ese que me hace soñar fatal, no puedo ir a trabajar, ni quiero, esto es un año sabático, y quien no quiere un año sabático, estoy cansada, pero puedo descansar cuando quiero, no puedo ir mañana a NY, pero ya iré cuando me den el alta, no podré viajar a Etiopía, ni a la India, ahora no, puede que algún día sí, y el YAK2, pues mutó, que le vamos a hacer, yo siempre fui un poco rarita, y el Dr. Reparaz pensaba que unos teníamos el bazo grande del mismo modo que otros tienen las orejas grandes, quizá debería irse a Everwood a curar resfriados a la gente, no sé igual su destino era salvar la vida a otros, lo que está claro es que no era un médico para mí. Si me lo hubieran cogido a tiempo todo hubiese sido más facil, me hubiese ahorrado una operación a vida o muerte, una enorme cicatriz, una desagradable hemorragia digestiva, yo qué sé, pero quizá ahora no sería como soy, distinta (y feliz).
Lo que si me preocupa es que a Bruno y a Catalina se les pasase en algún momento por la cabeza el hecho de quedarse sin madre. Cuando era pequeña, esa era mi peor pesadilla. Pero aquí estoy, abrazándoles y riñéndoles, besándoles y echándoles broncas cuando desobedecen.
Un día, no hace mucho me dijeron : ya estás buena del todo mamá porque nos riñes mucho jejeje

lunes, 20 de octubre de 2008

... y he vuelto a pensar en Maine

Esta mañana he ido al aeropuerto a llevar a mis padres y a mi hermano que se iban a la isla y he tardado una hora en llegar y otra en volver después de tragarme un gran atasco de ida y otro de vuelta. Al pasar por el túnel de Cea Bermúdez se me ha formado una bola en el estómago, hace nueve meses que no pasaba por ese túnel a esa hora y me han venido sensaciones de prisa, de agobio, de dolor de estómago, de otra vez llego tarde, de mierda de publicidad en la radio y yo sin batería en el i-pod, de qué te pasa a tí imbécil, es que este carril es tuyo? de venga que se pone rojo y el otro en doble fila precisamente aquí .... Stoooooooooooooooooop. No!

He pisado el acelerador más de lo que tocaba y he serpenteado entre carriles para no llegar tarde a yoga, y he llegado tarde a yoga y he interrumpido la clase al entrar (o esa impresión me ha dado) y cuando me he tumbado en la esterilla estaba a 120 por hora. Y poco a poco me he ido relajando, y al final me he relajado del todo y me he dicho bieeen, esto es lo que yo quiero.

He llegado a casa dispuesta a descansar. Estoy muy cansada. Ahora cualquier cosa me cansa, y dos horas de tráfico por Madrid no te digo nada ... y me he tirado en el sofá con mi ordenador a mano, mi i-pod, mis libros, y un café muy muy muy caliente y he pensado, bieeen, esto es lo que yo quiero.

Y ha llegado Pepe con cara de volao, le han ofrecido un trabajo de esos que no apetecen nada si no fuera por el dinero, maldito dinero. Un trabajo con horarios, con atascos, con múchos números y múchos teléfonos, y muchas horas, de esos que llegas por la tarde y te quitas la corbata (o los tacones) y te tiras en el sofá y los niños ya están en la cama, y tú no puedes con tu vida. Y Pepe no sabe que hacer. Y yo no sé qué decir.

Y he vuelto a pensar en Maine.

sábado, 18 de octubre de 2008

Mi cumpleaños



Entre estas dos fotos ha pasado un año.
A la derecha, el 18 de octubre de 2007 celebré mi cuatrogésimo primer cumpleaños en Menorca, y fue estupendo porque no se me podía ocurrir un sitio mejor para huír y celebrarlo con toda mi familia al completo, mis padres, mis hijos, mi hermano y mi marido. Disfrutar de un día soleado y brillante, de un baño en una desierta Son Saura, de una estupenda comida en el Café Balear, de un paseo por el centro de Ciutadella, de una ración de aire puro y viento en la cara en Cala Morell y de una tarta de Moll, y todo lejos de Madrid, fue lo más que le podía pedir a un cumpleaños (a mí cumpleaños). Nunca me han gustado mis cumpleaños. Octubre es un mes triste, anochece muy pronto, casí siempre llueve o está nuboso, y mi estado de ánimo parecido, no me gusta que me felicite mucha gente, no sé qué decir, gracias, gracias, ya ves un año más vieja, como pasa el tiempo ... no sirvo para este tipo de conversaciones. No me gustan las fiestas en las que yo soy la protagonista. Quiero que pasen rápido, evito que en mi trabajo se enteren del día, no llevo pasteles para celebralo, lo siento soy así. Por eso el poder estar en Menorca significó algo para mí. Ahora comprendo que fue algo importante, fue el fin de algo.

A la izquierda, hoy 18 de octubre de 2008, todo ha sido diferente, hoy he disfrutado, al igual que el año pasado lo he celebrado con mi familia, en casa, pero he sido feliz, los besos de mis hijos me han sabido de un modo especial, el tiempo ha pasado lento y no he querido que fuese de diferente forma, no he pensado, joooooo 42 tacos, sino 42 tacos !!!!!!!! Mis padres han disfrutado de verme feliz, todos hemos comido una tarta de chocolate, me ha gustado hablar con casi todas las personas que me han llamado y no he echado en falta a nadie. Hoy ha sido un día importante, ha sido el comienzo de algo.
Y entre estas dos fotos han pasado 365 días llenos de cosas buenas y malas y malísimas y, en fin, buenísimas. Todos hemos sufrido mucho, pero todos hemos podido superar un mal trago, yo la primera, y todos lo hemos podido celebrar felizmente. Además todos hemos aprendido algo, a nuestra manera somos un poco más sabios, incluso los niños.
Un blog no es el sitio más adecuado para dar las gracias a quien sé que no lo va a leer, pero no me sale eso de dar las gracias, cuanto más agradecida me siento, menos me sale (todavía tengo mucho que aprender). Así que hoy voy a aprovechar para dar las gracias a mi familia y a mis amigos.
A mis padres no puedo darles las gracias, sé que me llamarían idiota, porque ellos siempre han estado, están y estarán conmigo cuando los necesite. A mi hermano idem de idem, ahí está, en una isla, pero taaaan cerca. A los tres les pido perdón por el trago que les hice pasar, sufro sólo de pensar lo que tuvieron que sufrir, en los momentos más críticos yo estaba en la posición más fácil. En cualquier caso siempre pienso que menos mal que me pasó a mí, porque creo que yo hubiese sido incapaz de soportar lo que ellos soportaron, el ver sufrir a alguien que quieres, es lo peor.
A mis hijos también les pido perdón, por lo que les tocó, porque sufrieron en silencio, porque su sufrimiento se mezclo con juegos, con bailes, con sesiones de cine y con un exceso de gente a su alrededor dipuesta a complacerles en sus caprichos, y no sé que puede resultar de eso. Por ser pequeños no lloraron mi enfermedad, no expresaron sus sentimientos. Si algo se les quedó dentro yo intento sacárselo a base de abrazos y espero que el tiempo diluya el resto.
Mi intención era dar las gracias y me estoy dedicando a pedir perdón. Pero ahora sí voy a agradecer a Pepe el haber estado junto a mí de esa manera que sólo él sabe. Y eso que a Pepe le encontré en la calle, bueno peor, en un bar de copas. Gacias So. Sobran las palabras.
Gracias a los amigos que se preocuparon por mí, gracias Elena, gracias Cristina, gracias Betsabé y gracias Bárbara.
Gracias a los que ayudaron a Pepe y a los niños y me enviaron flores, libros y discos.
Gracias a mis compañeros de trabajo que me recordaron con cariño.
Gracias a mis vecinos que preguntaron tanto por mí . Recuerdo las lágrimas de emoción al recibir la tarjeta de "Get well soon" y las magdalenas de zanahoria que enviaron los americanos, tan yankees y amables ellos.
Gracias a todos los que rezaron por mí (gracias Carmina) que sé que fueron muchos y lo aprecio de corazón.
Gracias Pepe Soto senior por estar ahí.
Gracias a los profes en el cole que estuvieron tan pendientes de todo. Gracias especialmente a Nieves, la profesora de español de Bruno, que me tranquilizaba contándome por teléfono lo bien que estaba Bruno y me hacia hasta reir. Hoy le mando todo mi cariño y comprensión porque sé exactamente por lo que está pasando. Hasta pronto Nieves. Ironías de la vida, hemos intercambiado los papeles de animada y animadora.
Gracias Ignacio por toda la energía que me enviaste, al final ya ves, seguí tu camino (aunque tu decías que a mí nunca me pasaría nada parecido), ni siquiera tú pudiste protegerme. Me prometiste que me protegerías, pero no funcionó. En cualquier caso sufrí menos que tú, estoy segura. Y eso es lo que tienen las almas gemelas ...
Desde ahora todos los 18 de octubre que tenga la suerte de celebrar quiero ver el cielo azul aunque esté nublado, quiero disfrutar de un trozo de tarta sea donde sea, quiero que mis hijos me atruenen los oídos con su cumpleaños feliz, quiero que mis padres sean testigos de mi sonrisa (... y por cierto, si puede ser todo acompañado de unos regalos tan estupendos como los de este año, me han encantaaaaaaaaado, jejeje)

viernes, 17 de octubre de 2008

Mis amigos los medicamentos

Pasa el tiempo y no escribo. Unas veces porque estoy bien y hago cosas y no se me ocurre qué poner en un blog, otras veces porque estoy mal y no tengo ánimo. La verdad es que es difícil encontrar el momento.
Estoy bien y estoy mal.
Los resultados de las pruebas y análisis son buenos, buenos dentro de mis circunstancias, las cosas parecen que siguen su curso correctamente, los medicamentos van haciendo el efecto que se espera de ellos. Unos ponen en orden a los habitantes de mi médula ósea, al que se se pone rebelde le dan un palo y fuera, otros consiguen que mis pulsaciones sean bajas, que mi tensión esté baja, que mi sangre circule lentamente ... se acabaron las prisas en el interior de mi cuerpo, otros consiguen que el estómago se sienta bien, que sea amigo de lo que como, otros me ayudan a, de momento, ver la vida de color de rosa y olvidarme del "susdto de muerdte" que me dí, otros tratan de prevenir mis horribles dolores de cabeza, otros me los quitan cuando inevitablemente llegan, otros me ayudan a dormir y descansar mejor, y el último y uno de los más importantes, el que tiene el honor de tener alarma propia en mi teléfono, el que no se debe olvidar de tomar nunca, el que tendré que tomar hasta que me muera, mi compañero de viaje por muchos años (espero), tiene efectos anticoagulantes sobre mi sangre. El primer día que tomé una pastilla de éstas no pude evitar sentir una oleada de tristeza, faltó una ceremonia tipo, Marta quieres a S. como compañero en las alegrías y en las penas, no en la salud, sino en la enfermedad y hasta que la muerte os separe ? Sí, quiero. Y me la tragué con la ayuda de un sorbo de agua.
Los medicamentos se han convertido en algo muy importante en mi vida. Son mis nuevos amigos, y os puedo jurar que más amigos que alguno/a de los que hasta ahora yo consideraba buenos amigos. Y no hablo de pastillas y demás, hablo de personas de carne y hueso.

jueves, 25 de septiembre de 2008

gracias

Alguna vez alguien os ha salvado la vida ? Me encantaría hablar con alguien que haya pasado por esa situación, compartir sentimientos. Yo estoy liada, no se lo que siento. Por supuesto un infinito agradecimiento y admiración por esa persona. Las palabras se me quedan cortas y me parece excesivo dar las gracias una y otra vez, más cuando él hacía su trabajo. Creo que sólo puedo expresarme correctamente con la mirada. Este es un tema sobre el que siento que debo escribir y no se como hacerlo, así que :

Gracias Diego por salvarme la vida, no sé qué decir.
Gracias Javier por la obra de ingeniería que hiciste en mi cuerpo después de que Diego me salvara la vida. Eres un artista y lo sabes.
Gracias Maria Eugenia y cia por cuidarme como me cuidasteis en la UCI.
Gracias Jose Manuel por estar tan pendiente siempre de mí.
Gracias Pablo por tu mano amiga en urgencias.
Gracias Javier por aliviar mis dolores de cabeza pasando de ASISA.
Gracias Carmen por cuidar de mí.
Gracias Pepe por ser como eres, un médico de familia fantástico.
Gracias Marisa por sonreir tanto, nunca he apreciado tanto la amabilidad en la gente como ahora.

GRACIAS de corazón

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Por las mañanas


Todas las mañanas, de lunes a viernes, me levanto muy pronto y estoy con mis hijos mientras se zampan el desayuno que les prepara ese ángel con alas llegado de Filipinas y llamado Naneth, vemos un ratito los dibujos animados de turno, jugamos al golf en el salón o acabamos de rematar los deberes. Después llega la hora de los peinados, Bruno, que es más chulo que yo qué sé se peina con gomina o agua en su defecto y como no llega al espejo se retoca mirándose en la puerta del horno. A Catalina le hago dos coletas, dos trenzas, una coleta o una trenza, depende de mi estado de ánimo, a veces lleva un lazo enorme de los que Ruben llama helicópteros y otras lazos pequeños, una vez de un color otra vez de otros. Luego les unto la cara con nivea de la caja azul, y les rocío con colonia Bulgari para niños (mmmmmmmmmm) o Nenuco (mmm). Nos colgamos las mochilas al hombro, nos despedimos de Naneth y nos vamos a la parada de ruta dando un paseo. Me gusta el barrio donde vivo, el paseo es bonito, hay árboles, la gente pasea su perro, los niños van al colegio, mis hijos son felices, no paramos de hablar ... cuando les dejo en el autobús vuelvo a casa andando despacio y pienso que yo también soy feliz, feliz por poder hacer eso. No puedo explicar cómo una cosa tan cotidiana te puede hacer sentir tan bien.

El año pasado por estas fechas a estas horas ya me había comido un atasco, había llegado al trabajo sin desayunar y me había encontrado las caras de insatisfacción de mis compañeros sentadas ante un ordenador y quejándose de lo que tocara ese día quejarse, quejas a las que yo me unía como una más si no tenía uno de esos días en que pasaba de todo, hasta de hablar, y me encerraba en mi mundo a la vez que empezaba con la noticia del día que me correspondiera. Luego me iba a desayunar, sola, lejos, con mi música en la oreja, algunos no entendían que me fuese a desayunar sola, pero creo que si no fuese por eso, por mi música, por el paseo, por el aire fresco en la cara, no hubiera tenido fuerzas para aguantar una mañana de gilipolleces, tonterías y malos rollos varios mezclados con un montón de trabajo, que en el fondo era lo de menos.

Un día el desayuno me empezó a sentar mal, todo me sentaba mal, empecé a tener unos dolores de cabeza fortísimos, empecé a encontrame excesivamente cansada, me sentía mal, el médico me dijo que era estrés, y yo me lo creí, y empecé a maldecir mi forma de vida, los atascos, etc, etc, llegó un día en que hacer la cena a mis hijos se me asemejaba a subir al Everest, llegó un día en que no pude tomar ni una manzanilla, llegó un día en que mi hija se cayó por las escaleras y yo no pude levantarme del sofá para ver si se había abierto la cabeza, ese mismo día a las seis de la mañana ingresé en el hospital con una hemorragia digestiva, al día siguiente casi me muero, a partir de entonces, cuando resucité de la anestesia y empecé a se consciente poco a poco de lo que me había pasado empezó mi nueva vida.

Han pasado unos cuantos meses, lo he pasado muy mal, muy muy muy mal, pero este verano he empezado a ver la luz y ahora disfruto de muchas cosas a lo largo del día, una de ellas de mis hijos. Son preciosos y por la mañana brillan de una manera muy especial.

martes, 23 de septiembre de 2008

Dicen que es bueno llorar

Nunca pensé en escribir en un blog, aunque siempre pensé en escribir en un folio en blanco. Pero escribir me alivia, y el folio en blanco no me dio resultado, así que cree este blog que nadie lee porque nadie sabe que existe. Si alguien lo encuentra por casualidad quiero que sepa que no pongo cuidado en la redacción ni en la puntuación y casi ni en los acentos, escribo a velocidad de vértigo y no corrijo, aí que el resultado es el que es.

Uno de mis muchísimos médicos, bueno uno de los médicos que me atienden, míos míos no son, me aconsejó escribir diariamente unas líneas, tres o trescientas, daba igual, pero dijo que me vendría bien expresar en palabras lo que siento, o contar lo que me apeteciera. Diariamente no lo consigo, pero de vez en cuando entro aquí y tecleo rápido rápido.

Un día le dije que tenía miedo a morir, que tenía miedo a que me pasara algo horrible, y me contestó que tenía que afrontar la posibilidad de que eso pudiera llegar a ocurrir, que tenía que afrontar el hecho de que mis hijos se pudieran quedar sin madre y mis padres sin hija, que tenía que afrontar la posibilidad de llegar a sentir dolor moral y físico, y que lo expresara, que llorara, que gritara ... me quedé de piedra, pensé que me ibas a decir no te preocupes no te vas a morir, nada de eso va a pasar, le dije. No, eso ya te lo dicen los demás, me contestó.

Y me pregunto cómo se puede aprender a afrontar eso, no lo se, de verdad que no lo se. Estoy perdida. Mientras tanto intento disfrutar de todo a tope, incluso de este cansancio que me lleva pegada dos días al sofá y a la cama que estoy aprovechando para ver la última temporada de las chicas Gilmore (que no me está gustando por cierto).

Ayer en el hospital me enteré de que un chico de 33 años pasa sus últimos días después de que un maldito cancer le haya hecho la puñeta durante mucho tiempo. Se casaba en octubre, y los médicos habían dicho que no llegaría a la boda. No se equivocaron, no llegará. No le conocía, sólo había coincidido con él en los pasillos y en la cafetería del hospital. Ahora estoy llorando, por él, por mí, por tanta gente ... por mí no, no quiero llorar por mí. Simplemente lloro, dicen los médicos que es bueno.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Vivan las máquinas de resonancia abierta de verdad

Hace algunos años, cuando la vida pasaba sin preocupaciones importantes, cuando lo que me importaba era acabar los exámenes y empezar las fiestas, cuando empecé a trabajar y me divertía tanto y era capaz de gastar una hora en organizar mi calendario de trabajo para conseguir juntar ocho días y pirarme a donde tocara, y volver a trabajar recién aterrizada con mi bolsa a cuestas, cuando llegaba a trabajar un domingo a las ocho de la mañana y con la ayuda de mis gafas de sol y seis cafés conseguía hacer mi trabajo perfectamente, cuando la vida era viajar, escuchar música, salir, leer, dormir la siesta, volver a salir y leer y leer ... cuando Madrid me molaba, cada vez que conseguía superar mi claustrofobia a base de mucho esfuerzo siempre pensaba, espero que a mí nunca me tengan que meter en un cilindro de esos para hacerme una prueba rara en ningún hospital. Espero que no !

Ahora que Madrid ya no me mola tanto, ahora que las semanas de diez días de trabajo me cansan, ahora que los domingos tengo que ir a trabajar fresca como una lechuga después de dormir unas cuantas horas, ahora que tengo un ipod y no tengo tiempo de escuchar música (quien lo hubiese pillado en la época de mi walkman sony amarillo en el que el auto-reverse no funcionaba), ahora que voy a libro por mes de media, ahora que todavía tiemblo cuando pienso lo que me pasó en enero, ahora que he visto el túnel y he visto la luz, ahora me he visto obligada a meterme en un tubo de esos y a cosas peores.

Pero, gracias al señor Philips, que además de teles planas ha fabricado un estupendo aparato de resonancia magnética abierta pensando en los pobres claustrofóbicos como yo, ayer pasé dos horas estupendas dentro de una de ellas. Vivan los avances médico tecnológicos !!!!!!
Hoy tengo agujetas en los abdominales de obedecer las órdenes de respira, no respires, toma aire, aguanta la respiración, ya puedes respirar normalmente, no respires, respira, vale, vale
(Siempre que digo-escribo vale me acuerdo de mi padre y pido perdón, DE ACUERDO, qué es eso de vale, vale)

Ahora estoy en pausa, ahora no trabajo, ahora me recupero, ahora leo, ahora hago sesiones maratonianas de TV series, ahora disfruto de mis hijos, ahora disfruto de mi sofá, ahora a veces tengo ganas de escribir, y sobre todo tengo tiempo, y ahora existen las resonancias magnéticas abiertads de verdad !

sábado, 13 de septiembre de 2008

Ya estoy en Madrid


Ya estoy en Madrid, no sé los días que llevo aquí, dos, tres, cuatro ... y ya me ha dado tiempo a hacer mil y una cosas, esto es tremendo. Desde que llegué he estado en tres hospitales y en un centro de salud, en la facultad, en la Asociación de la Prensa, en el Banco Guipuzcoano cuyos cajeros se empeñaban en decirme que mi clave secreta, que tengo desde hace 20 años, no era correcta, me ha dado tiempo a hacer una reclamación a mi seguro de salud, que ahora con mucha paciencia tendré que repetir por escrito, para nada seguramente, me he hecho un tratamiento de pies en mi sitio preferido de Madrid (una pijada como otra cualquiera de esas que me gustan a mí)), he comido con una amiga en un restaurante de Chueca donde por cierto, la comida me sentó fatal, he estado dos veces en el colegio de mis hijos, quienes con mucha ilusión el miércoles volvieron a su rutina, que gozada ser niño !!! AHHH y como no, he estado en el corte inglés, haciendo una cola de horror en la sección uniformes, y es que esa soy yo, la que se va el primer día de cole a comprar jerseys y demás al corte inglés (en serio, tuve que coger número como en la carnicería), ahh y estuve en una superpapelería comrando material escolar para mis hijos y para mí, que me encanta, gomas de nata, lápices del número 2, carpetas de colores ... y ya he empezado a hacer deberes, así me he enterado de que el 2009 será el Año Internacional de la Astronomía para conmemorar que hace 400 años Galileo Galilei utilizó el primer telescopio con fines astronómicos, y que la astronomía es la ciencia que estudia todo lo que está fuera de la Tierra, y que no hay que confundirla con la Astrología ... y he hecho tantas cosas, algunas por obligación, otras por devoción y otras yo qué sé por qué, que ayer estuve tirada de agotamiento sin salir de casa. Y es que he cambiado el ritmo demasiado de repente y mi cuerpo ya no puede con los "excesos". A partir de ahora tranquilidad.
Hoy estoy animada, tan animada que he decidido cambiar las habitaciones, la de Catalina para Bruno, la de Bruno para Pepe y la de Pepe para Catalina, y ahí tengo a mi santo como diría Elvira Lindo, desarmando camas, atornillando y, desatornillando cosas que en un principio parecían imposibles de armar y desarmar y jurando en hebreo, yo por si acaso me he retirado del lugar de los hechos, jeje. Hoy estoy animada, ayer no, pero eso es otra historia.

domingo, 7 de septiembre de 2008

El sueño del 4 de julio


El 4 de julio estaba mal y no sé cómo, pero escribí. Escribí este despropósito :


Llevo dos días sin comer, a excepción de un pequeño trozo de la tarta de cumpleaños de Bruno que no sé si furtivamente o sin querer me llevé a la boca cuando tras cantar sin fuerza un cumpleaños feliz te deseamos todos partía y repartía entre los invitados, creo que así se llaman los que asisten a una fiesta de cumpleaños con cien globos de colores.

Últimamente tengo unos sueños que me parecen más reales que la vida misma, a pesar de que por razones de espacio, tiempo y lógica sería imposible vivirlos. Así que he decidido escribirlos, por si acaso significan algo. Me da miedo dejarlos escapar. Y eso que no me gustan, muchos de ellos me hacen llorar, creo que esta vez sí en la vida real.

Sin comer estoy porque tengo una gastroenteritis bacteriana (creo) que quiza a un dinosaurio no le hubiese fastidiado tanto, pero a mi estómago y a mi recién estrenado estado físico nos ha dejado destrozados.

Sin embargo he comprobado que una madre que no esté atada a la cama de un hospital por una vía pinchada en una vena del brazo o del cuello siempre saca las fuerza suficientes para acompañar a su precioso hijo el día de su cumple.

Me quedé tranquila, al menos necesitó soplar nueve o diez veces para apagar seis velas. Todavía es pequeño. Aunque a veces parezca mayor.

Y voy con el sueño del cuatro de julio. No se muy bien donde empieza y donde acaba pero estoy en Galicia, debo asistir a una fiesta en una casa solariega de Allariz en la que se celebra con estilo rancio algo que parece importante y tradicional. Hay invitados conocidos, los camareros pasan bandejas con copas de champán, yo cojo una, no sé si la bebo o no, pero la llevo en la mano, incluso cuando decido irme de allí porque estoy sola y Pepe no parece que vaya a reunirse conmigo, y salto desde el balcón del primer piso al estilo spiderman mientras miro con chulería a una dama que me mira con aires de superioridad pero tiene el cuello arrugado. Pienso, estoy enferma, pero ágil, y mira lo que soy capaz de hacer con una copa de cristal en la mano, y no estoy muy morena, pero no tengo arrugas, ahí te quedas.
Y subo la calle San Juan de Allariz hasta el final, es muy estrecha, sucia, muy pindia y la gente me intimida un poco. Pero alguien me había dicho que llegara hasta arriba. No sé si en Allariz hay una calle San Juan. Cuando llego al último portal, subo hasta la buhardilla, allí viven una mujer joven que se parece a Jamiroquai, está con sus dos hijos pequeños, sucios y hambrientos pero muy guapos y graciosos, me pongo a a hacerles fotos sin parar, las fotos son preciosas. De repente aparece Pepe en escena, parece que hubiese estado conmigo todo el tiempo, no acaba de llegar. La mujer sufre, es inteligente, lava a mano una camisa de hombre muy sucia, me dice que su marido es cazador, me entra miedo de que de pronto su marido regrese, pienso de repente que debe de estar loco. Nos vamos, pero antes le doy todo lo que tengo, y prometo enviarle más cosas. Me da pena dejar a los niños allí, me gustaría llevármelos conmigo.
Volvemos a Galicia mi familia celebra algo, creo que tiene que ver con mi tía Carmina, cuento lo de la mujer pobre, pero mi padre me dice que no amargue la fiesta a nadie. Cuando termina, la gente se dispersa, mis padres se van con Nando a Zaragoza, Pepe y yo decidimos dar un rodeo y pasar la noche en San Francisco antes de volver a Santander atravesando el desierto de Nevada. Mi padre cree que estamos locos, que yo no estoy para esos trotes, pero a mi la idea me parece lo mejor del mundo, algo casi natural.
Ahora sólo me acuerdo de estar instalada en la buhardilla de una casa victoriana típica de San Francisco. Pepe ha desaparecido de nuevo del mapa. Parece que soy más joven y vivo con mis padres.
Ahora estoy en una playa . Ahora es invierno. Veo desde la ventana a un chico joven que me saluda desde su habitación y creo que piensa “tengo una vecina nueva”.
Voy a salir, me visto, he quedado con Luis pero voy con Rubén. Estamos en la zona de Alonso Martínez y no sabemos donde sentarnos. De pronto vemos una cabina de teléfonos de las de antes, de las de donde se cambiaba supermán el traje y a mi me daba un poco de angustia entrar y no poder abrir la puerta para volver a salir, por lo que dejaba siempre un pie aguantando la puerta, no era nada cómodo. Empezamos a recoger monedas alrededor de la cabina y un anciano se empieza a meter con nosotros y a decirnos que que caradura tenemos, pero el dinero nos viene bien y lo hemos encontrado nosotros ¡que pasa!. Cuando propongo ir a buscar a Luis, Rubén me dice que lo ha matado la policía en la calle. Le destrozaron la cabeza. Me da muchísima pena y no entiendo nada. Pienso “siempre tuvo espíritu de macarra”. Esperamos un autobús para ir a Gran Vía, pero no estamos seguros de querer ir a Gran Vía, el autobús no llega y nos cambiamos de acera para coger un autobús en dirección contraria, tampoco llega. Pienso “mierda de ciudad”. A nuestro lado pasa Eugenia de Irujo con Liberto Rabal paseando en un carrito a su eterno bebé, nunca crecerá. Decidimos pasar del autobús e ir andando a algún sitio, tengo unos zapatos de tacón que nunca resultan incómodos andes lo que andes ¡que chollo!, pero a pesar de eso nos sentamos en una teraza a comer algo porque Rubén sigue sin estar convencido de ir a Gran Vía. Nos encontramos con unos amigos de Luis muy raros y todos nos ponemos muy tristes mientras comemos una hamburguesa. Rubén se va. Yo me voy a una fiesta a la que hay que ir con un vestido corto y unos zapatos con muchísimo tacón pero estilo popland. No está mal. Conozco a una chica que dice que es enfermera en un hospital nuevo de Madrid, , es maja, pero creo que me ha mentido, creo que es auxiliar. Me vuelvo a mi casa con mis zapatos supercómodos, ando, subo una cuesta, me gusta Madrid, estoy triste, no recuerdo haber llegado a ningún sitio en concreto …

Me despierto, aun estoy mal, este estómago me va a matar. Hace sol. Me voy a Sa Prensa a desayunar con Rubén. Me llevo mi yogurt natural de casa. Esto ya es la vida real. Los sueños sueños son.

Maine cada vez está más cerca







Ha llegado septiembre... apuramos los últimos días de playa , olas y tablas, de sol y de descanso del de verdad. Ha llegado septiembre ... y con él los nuevos planes, cada año todo comienza de nuevo en septiembre, los niños vuelven al cole con los zapatos un poco grandes y brillantes, la mochila reluciente y la cara morena. Pero este año todo es un poco diferente para mí, no vuelvo al trabajo, no estoy agobiada con los horarios, no tengo la angustia de no llegar a todo y a tiempo. Este año me estoy recuperando de una grave enfermedad. Este año casi todo me da igual. Cuando has estado a pundo de dejar todo aquí sin tener tiempo de planear tu despedida, de colocar tus cosas y de dar consejos a los que se quedan, casi todo lo demás no importa. Estoy aquí y me río del trabajo, me río de los atascos, me río de los horarios, me río de Madrid. Pero me tomo muy en serio otras cosas, me tomo en serio mi salud y mi vida.


Este año, los planes no son muchos. Este año sí que sí en casa vamos a separar la basura para reciclarla. Este septiembre compraré tres cubos de tres colores. No puede ser que mis hijos estén más concienciados que yo. No puede ser que en casa no puedan aplicar lo que aprenden en el colegio. Pido perdón por empezar tan tarde.


Este año voy a hacer yoga. Sí, yoga, y no vale reirse. Lo voy a hacer.


Este año voy a intentar disfrutar más de las pequeñas buenas cosas de la vida y voy a intentar afrontar con fuerza las cosas malas de la vida. He descubierto que soy más fuerte de lo que creía y he descubierto el placer de levantarme por las mañanas sin dolor. Es un lujo, creedme !!!
Este año voy a intentar hacer felices a los que me rodean.