domingo, 16 de agosto de 2009

El moreno es compatible con la enfermedad


Estaba echando una ojeada a las entradas antiguas de éste mi blog y me he dado cuenta de que hace unos meses no podía escribir sin hacer referencia a mi enfermedad, porque no sé si lo había dicho, pero estoy enferma, me llamo Marta Pérez Atienza, tengo 42 años, dos hijos y estoy enferma.
"Pues tú dirás lo que quieras", me dicen los demás, "pero no tienes pinta de enferma". Sí, si pinta puedo tener de lo que sea, pero estoy enferma, qué le voy a hacer. Si no estuviese enferma, ahora seguro que estaría durmiendo, porque mañana tendría que madrugar para ir a trabajar, seguramente este blog no existiría, y seguramente tendría pinta de enferma, porque estaría cansada, ojerosa, flaca, agobiada, acalorada, con ganas de vacaciones, con falta de tiempo para esto y para lo otro y para hacer esas cosas que me gusta tanto hacer. Pero como estoy enferma, pues estoy descansada, relajada, cuidada, atendida, querida, mimada, morena, anticoagulada, empastillada, requetemirada por los médicos, agotada de los médicos, agradecida a los médicos, muerta de miedo, llena de incertidumbres, de preguntas sin respuestas, a veces cabreada, a veces contenta, feliz ...
En fin, que aunque no lo parezca, estoy enferma, y tengo una enorme carpeta donde archivo papeles varios que acreditan mi condición de enferma. Me llevó casi dos horas colocarlos todos de una manera medianamente ordenada, aquí los informes de los hematólogos, aquí los informes de los internistas, después los de digestivo, seguidos de los de neurología, aquí las pruebas de los radiólogos y después los informes de urgencias, después las pruebas genéticas, los análisis de médula, las endoscopias, los partes de ingreso y los partes de alta no sabía muy bien que hacer con ellos, así que los dejé para el final, después de los análisis de sangre, que cómo eran tantos, elegí unos pocos y aparté el resto. Y con el carpetón me planté el otro día ante el tribunal médico, y mientras estaba en la sala de espera me puse a pensar en mí y en la carpeta, y no podía comprender cómo todo eso me había podido pasar a mí. Ya sé que esas no son cosas que se tengan que comprender, son cosas que pasan y ya está, esta vez me tocó a mí y para qué vas a perder el tiempo intentando comprenderlo, es mejor utilizar ese tiempo en intentar asumirlo y en luchar contra ello. Pero por un momento llegué a sentir como una especie de ligero mareo mientras pensaba. Pensaba en cuando era pequeña, en cuando era más joven, y nada hacía pensar que mi sangre estaba o llegaría a estar enferma. Y me sentí mal. Me sentí fatal. Porque no quiero estar enferma, porque se supone que lo que queremos es estar cien por cien bien. Y empecé a pensar en mi sangre y en el origen del problema que hace que mi sangre no sea como la de los demás, y pensé que quizá los bichos que me piquen enfermarán con mi sangre, que no mola nada. Pensé en por qué tengo una médula rebelde. Pues porque sí, ya ves, y es de gilipollas intentar encontrarle una explicación. Y visualizaba yo mi médula ósea cuando me tocó mi turno, y cogí mi carpeta y me fui a ver al médicojuezsentenciador, o lo que sea que son esos médicos que no saben nada de tí y en un rato se tienen que hacer una idea sobre tí y tu estado físico, eso sí, ayudados por la carpeta llena de informes colocados por epecialidades y cronológicamente. Desde que entré hasta que salí no fui capaz de quitar mi mirada de los ojos del médico en cuestión, me pasa con todo/as (los/las médicos), tengo que analizar hasta la más mínima expresión de su cara, y como vea en ellos un gesto que no me gusta, el corazón me empieza a latir a velocidad de vértigo y les empiezo a bombardear a preguntas, una detrás de otra, sin darles tiempo casi ni a responderme. Y ya pueden ser amables conmigo, que tengo que confesar que todos lo son, porque no me veo con fuerzas yo para tratar con los houses éstos que están ahora tan de moda en los hospitales, y que conste (en caso de que leas ésto) que no lo digo por tí, que tú eres médico de otros, y con tus pacientes puedes ser todo lo house que quieras, y además House mola, y tú molas ... El médicojuezsentenciador del otro día fue muy amable conmigo y yo le correspondí limitándome simplemente a mirarle, no le hice preguntas, sólo contesté a las suyas, debió de flipar con mi bronceado tono-yate-grande, pero él sabe que a pesar de no tener aspecto de enferma, estoy enferma, crónicamente enferma. El sabe que el moreno es compatible con la enfermedad, de igual modo que la palidez es compatible con la buena salud, y si no que se lo digan a mis compañeros de trabajo, a los que el otro día fui a visitar mientras aporreaban los teclados de sus ordenadores bajo un chorro de aire acondicionado y ansiosos de disfrutar sus tan merecidas vacaciones de verano, esas que cuesta tanto colocar en las planillas, esas que tantos quebraderos de cabeza nos dan y que luego pasan tan rápido.
Si hubiesen hecho una rueda de reconocimiento policial buscando entre nosotros a un delincuente enfermo, yo no hubiese salido elegida, lo sé, ellos parecían más enfermos que yo. Pero ... la enferma soy yo. Y el médicojuezsentenciador dirá si me volveré a sentar con ellos a aporrear los teclados para contar el último bombing attack in Baghdad o para contar al mundo que a small bomb exploded inside a restaurant in Palma de Mallorca, Spain, on Sunday, 9 Aug. 2009 e insistir en que ETA is a Basque terrorist band, no un Basque separatist group como se empeñan en editarnos desde Fráncfort, y otra vez con la misma historia ... o volver a escribir el pie de foto de esas imágenes tan tristes que nos mandan los foteros de Algeciras o de Canarias about 67 ilegal inmigrants aboard a small and rudimentary boat that were intercepted by a Spanish Civil Guard boat 67 miles off the Canary Island coast on Tuesday, 13 Feb ... My Godness !!! Lo dejo en manos del médicojuezsentenciador y su buen criterio.

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