sábado, 16 de mayo de 2009

No sé ...

Si soy tan lista para entrar, deberé de ser al menos igual de lista (o más) para salir. Así que ya no me vale eso de estoy atrapada, ni yo misma me lo creo. Lo único que tengo que hacer es abrir bien los ojos, poner a trabajar a todos mis sentidos, tomar impulso y salir. O quizás salir poco a poco, como quien no quiere la cosa, como pasando de todo, ya ves, todo me da igual, el sol brilla, el verano llega, ya lo puedo oler, los días pasan ... laralaralara, y ya está.

No sé.

En cualquier caso, no me resulta fácil. Mi voluntad es débil. Mi confusión es grande.

A veces veo la luz. Me paro. Organizo mis pensamientos y mis sentimientos. Hago un esquema. Subrayo las ideas destacadas con rotuldor verde fosforito. Lo veo todo claro. Decido lo que hacer a partir de entonces. Sonrío. Ya está. ¿Cómo he podido estar tan ciega?. Todo es más fácil de lo que parece. Seré boba. Cómo no me he dado cuenta antes!.

Pero incluso entonces, cuando lo veo todo tan claro, sé que solo es una ilusión pasajera, que es cuestión de tiempo el volver a la confusión, que la angustia volverá, que no sabré qué hacer, que nunca se me dieron bien los esquemas, que mis sensaciones no encajan en ningún esquema, que son desordenadas, caprichosas y un poquito retorcidas.

Y es entonces cuando decido no luchar, porque estoy cansada. Y es entonces cuando decido esperar la llegada del verano. Entonces pasaré las horas bajo el sol y junto al mar. Y después ... pues ya veré lo que hago.

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