martes, 12 de mayo de 2009

Hasta siempre Antonio ...

Hay días especialmente tristes, y hoy es uno de esos días.
Me levanto de la cama pasado el mediodía e impulsada por el poco sentido común que aún parezco conservar en algún rincón de vete tú a saber dónde. No he podido levantarme antes porque hoy no puedo con mi cuerpo, porque hoy la tristeza me pesa mucho, porque bajo las sábanas he conseguido dormir a ratos, y mientras duermo no pienso, y si no pienso, pues mejor.
Me dispongo a prepararme un café a deshora y con cara de pocos amigos a la vez que abro el ordenador, y de golpe y porrazo me entero de que Antonio Vega ha muerto. Sí el chico triste y solitario. Una especie de punzada me va de un lado a otro del estómago. Una punzada que se convierte en profunda tristeza en cuanto consigo reaccionar. Sin duda hoy es un día triste.

Y mientras me tomo el café lloro, lloro por Antonio, lloro por mí, las lágrimas se mezclan en un día condenadamente triste.

1 comentario:

El tapir Nicanor dijo...

http://reflexionesdeuntapir.blogspot.com/