sábado, 18 de octubre de 2008

Mi cumpleaños



Entre estas dos fotos ha pasado un año.
A la derecha, el 18 de octubre de 2007 celebré mi cuatrogésimo primer cumpleaños en Menorca, y fue estupendo porque no se me podía ocurrir un sitio mejor para huír y celebrarlo con toda mi familia al completo, mis padres, mis hijos, mi hermano y mi marido. Disfrutar de un día soleado y brillante, de un baño en una desierta Son Saura, de una estupenda comida en el Café Balear, de un paseo por el centro de Ciutadella, de una ración de aire puro y viento en la cara en Cala Morell y de una tarta de Moll, y todo lejos de Madrid, fue lo más que le podía pedir a un cumpleaños (a mí cumpleaños). Nunca me han gustado mis cumpleaños. Octubre es un mes triste, anochece muy pronto, casí siempre llueve o está nuboso, y mi estado de ánimo parecido, no me gusta que me felicite mucha gente, no sé qué decir, gracias, gracias, ya ves un año más vieja, como pasa el tiempo ... no sirvo para este tipo de conversaciones. No me gustan las fiestas en las que yo soy la protagonista. Quiero que pasen rápido, evito que en mi trabajo se enteren del día, no llevo pasteles para celebralo, lo siento soy así. Por eso el poder estar en Menorca significó algo para mí. Ahora comprendo que fue algo importante, fue el fin de algo.

A la izquierda, hoy 18 de octubre de 2008, todo ha sido diferente, hoy he disfrutado, al igual que el año pasado lo he celebrado con mi familia, en casa, pero he sido feliz, los besos de mis hijos me han sabido de un modo especial, el tiempo ha pasado lento y no he querido que fuese de diferente forma, no he pensado, joooooo 42 tacos, sino 42 tacos !!!!!!!! Mis padres han disfrutado de verme feliz, todos hemos comido una tarta de chocolate, me ha gustado hablar con casi todas las personas que me han llamado y no he echado en falta a nadie. Hoy ha sido un día importante, ha sido el comienzo de algo.
Y entre estas dos fotos han pasado 365 días llenos de cosas buenas y malas y malísimas y, en fin, buenísimas. Todos hemos sufrido mucho, pero todos hemos podido superar un mal trago, yo la primera, y todos lo hemos podido celebrar felizmente. Además todos hemos aprendido algo, a nuestra manera somos un poco más sabios, incluso los niños.
Un blog no es el sitio más adecuado para dar las gracias a quien sé que no lo va a leer, pero no me sale eso de dar las gracias, cuanto más agradecida me siento, menos me sale (todavía tengo mucho que aprender). Así que hoy voy a aprovechar para dar las gracias a mi familia y a mis amigos.
A mis padres no puedo darles las gracias, sé que me llamarían idiota, porque ellos siempre han estado, están y estarán conmigo cuando los necesite. A mi hermano idem de idem, ahí está, en una isla, pero taaaan cerca. A los tres les pido perdón por el trago que les hice pasar, sufro sólo de pensar lo que tuvieron que sufrir, en los momentos más críticos yo estaba en la posición más fácil. En cualquier caso siempre pienso que menos mal que me pasó a mí, porque creo que yo hubiese sido incapaz de soportar lo que ellos soportaron, el ver sufrir a alguien que quieres, es lo peor.
A mis hijos también les pido perdón, por lo que les tocó, porque sufrieron en silencio, porque su sufrimiento se mezclo con juegos, con bailes, con sesiones de cine y con un exceso de gente a su alrededor dipuesta a complacerles en sus caprichos, y no sé que puede resultar de eso. Por ser pequeños no lloraron mi enfermedad, no expresaron sus sentimientos. Si algo se les quedó dentro yo intento sacárselo a base de abrazos y espero que el tiempo diluya el resto.
Mi intención era dar las gracias y me estoy dedicando a pedir perdón. Pero ahora sí voy a agradecer a Pepe el haber estado junto a mí de esa manera que sólo él sabe. Y eso que a Pepe le encontré en la calle, bueno peor, en un bar de copas. Gacias So. Sobran las palabras.
Gracias a los amigos que se preocuparon por mí, gracias Elena, gracias Cristina, gracias Betsabé y gracias Bárbara.
Gracias a los que ayudaron a Pepe y a los niños y me enviaron flores, libros y discos.
Gracias a mis compañeros de trabajo que me recordaron con cariño.
Gracias a mis vecinos que preguntaron tanto por mí . Recuerdo las lágrimas de emoción al recibir la tarjeta de "Get well soon" y las magdalenas de zanahoria que enviaron los americanos, tan yankees y amables ellos.
Gracias a todos los que rezaron por mí (gracias Carmina) que sé que fueron muchos y lo aprecio de corazón.
Gracias Pepe Soto senior por estar ahí.
Gracias a los profes en el cole que estuvieron tan pendientes de todo. Gracias especialmente a Nieves, la profesora de español de Bruno, que me tranquilizaba contándome por teléfono lo bien que estaba Bruno y me hacia hasta reir. Hoy le mando todo mi cariño y comprensión porque sé exactamente por lo que está pasando. Hasta pronto Nieves. Ironías de la vida, hemos intercambiado los papeles de animada y animadora.
Gracias Ignacio por toda la energía que me enviaste, al final ya ves, seguí tu camino (aunque tu decías que a mí nunca me pasaría nada parecido), ni siquiera tú pudiste protegerme. Me prometiste que me protegerías, pero no funcionó. En cualquier caso sufrí menos que tú, estoy segura. Y eso es lo que tienen las almas gemelas ...
Desde ahora todos los 18 de octubre que tenga la suerte de celebrar quiero ver el cielo azul aunque esté nublado, quiero disfrutar de un trozo de tarta sea donde sea, quiero que mis hijos me atruenen los oídos con su cumpleaños feliz, quiero que mis padres sean testigos de mi sonrisa (... y por cierto, si puede ser todo acompañado de unos regalos tan estupendos como los de este año, me han encantaaaaaaaaado, jejeje)

No hay comentarios: