viernes, 5 de junio de 2009

Pruebas de imágen

Algunos médicos radiólogos de esta ciudad deben pensar que soy una especie de extraterrestre camuflada de humana. Pretenden que no respire y no muera en el intento. Y además no me permiten tomar aire en los pulmones para pasar el rato mientras ellos intentan descifrar en imágenes mi complicada estructura interna (digna, en este caso sí, de un buen extraterrestre).

Pensaba que los médicos radiólogos, en general, eran bordes. Pero tras numerosas y recientes pruebas de imagen de todo tipo que han practicado en mi anatomía he tenido que cambiar de opinión. Ahora los médicos radiólogos son simpáticos. Lo sé, soy un caso raro, y eso da puntos. Lo sé, lo noto, disfrutan haciéndome ecografías de colores, fruncen el ceño, acercan los ojos a la pantalla, se llaman unos a otros, reunen a los residentes ávidos de conocimientos, flipan un rato, me pringan el abdomen de gel transparente y frío, buscan mi inexistente vena porta, yo les digo que no tengo, pero no me creen, y la siguen buscando hasta que se dan por vencidos, y eso sí, me piden que no respire, buffffff ... me preguntan qué me pasó y yo les cuento toda la película utilizando todo tipo de términos raros, como si en vez de en la Facultad de Derecho y de Periodismo hubiese pasado mi tierna juventud estudiando medicina y practicando en los hospitales de mi ciudad. Y entonces me miran con caras de todo tipo, algunos son tiernos, otros graciosos, otros me recuerdan la suerte que he tenido y otros me dicen "ya nos veremos por aquí" ... pues si ... qué remedio.

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