miércoles, 29 de abril de 2009

Soleada mañana de finales de abril

Hoy me he levantado mal, me duele la cabeza, estoy desasosegada, me duele el alma, he gritado a todo el que se ha puesto en mi camino, y me siento fatal, me siento fatal porque estoy harta de que me duela la cabeza y de los malditos/benditos analgésicos, me siento fatal porque odio la sensación de desasosiego, me siento fatal porque no quiero que me duela el alma, me siento fatal porque no me gusta gritar a mis hijos y me siento fatal por sentirme fatal. Me siento fatal porque ayer mi madre me dijo que habían tenido que ingresar a Cristina, que está muy malita, que todos están hechos polvo, y yo me permito el lujo de despertarme en esta soleada mañana de finales de abril y sentirme mal porque vete tú a saber que mierda me pasa!.

Lo primero que he hecho ha sido apagar el teléfono móvil, mierda de teléfono, lo segundo mandar a facebook a hacer puñetas, mierda de facebook, lo tercero ponerme a escribir para desahogarme contra las teclas, y lo próximo que haga pues ya veré qué será, pero probablemente sea salir de casa y pasear y pasear con el volumen de mi i-pod muy alto para no oír ni el ruido de los coches ni a los cursis de los pájaros.

Y ahora, me dispongo a sentarme en mi sofá en posición de loto mientras me tomo un capuchino con pastillas, respiro hondo y me reconcilio con esta soleada mañana de finales de abril.

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