lunes, 26 de enero de 2009

Haciendo nada

Pasan los días y creo que estoy empezando a ser consciente de la sensación que produce el no hacer nada. El miedo me paraliza los sentidos y el frío y el sueño no me ayudan a desparalizarlos. Por lo tanto me cuesta escribir, me cuesta hacer cosas, me cuesta salir, me cuesta estar activa, me cuesta hacer deporte, me cuesta estar alegre, me cuesta comer, me cuesta hablar, me cuesta tirar de mi cuerpo.
Mi calendario social está ahora presidido por una serie de citas en diferentes hospitales y centros de salud y organizado sin tener en cuenta otro tipo de actividades más lúdicas aunque no necesarias.
Buenos días tenia cita con el doctor X a las once y media, soy Marta Pérez Atienza, muy bien sientese y espere un momentito en la sala. Sonrisa. Sonrisa. Que sería de mí en este mundo de los hospitales sin las sonrisas de las enfermeras ! El momentito a veces se convierte en momentazo, y el momentazo algunas veces alcanza la categoría de hora de sesenta minutos, pero eso a mí ya me da igual, mi capacidad de esperar en una sala de idem es increíble, nunca lo pensé de mí misma, pero prometo que me da igual esperar una hora que dos, aunque tenga que estar en ayunas ! Para ello me llevo mi ipod (que sería de mí sin mi ipod) un libro, (que sería de mí sin mis libros)... y de vez en cuando miro a la gente, pero eso me produce tal tristeza que me tengo que volver an concentrar rapidamente en el libro.
Una sala de espera en el hospital no es una sala de espera cualquiera, allí todo el mundo tiene demasiadas cosas en común, allí todo es muy triste, allí hay mucha gente con gorros y pañuelos en la cabeza, allí las caras reflejan cansancio, esperanza y desesperanza, las sonrisas son forzadas. Allí se practica la paciencia. Allí estoy aprendiendo yo a tener paciencia. Allí estoy aprendiendo a no hacer nada, nada más que vivir. Nada más !!!!!

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